CIUDAD DEL ESTE. Maquinarias y obreros de la Gobernación de Alto Paraná fueron empleados para trabajos de remoción de tierras en un inmueble privado donde se habilita un loteamiento atribuido al gobernador y candidato a senador Roberto González Vaesken (ANR, cartista). El jefe departamental negó que sea su propiedad y dijo que con los tractores se pretendía abrir un camino vecinal.
Mientras sectores radicalizados de la izquierda en estos días amenazan con un estallido social por parte de campesinos e indígenas si no se deroga la ley que estableció penas en categoría de crimen a las invasiones de propiedades privadas, en igual sentido se escuchan prédicas contra el respeto por el trabajo ajeno y a la dignidad del prójimo.
Durante el inicio de las festividades en Caacupé, el sacerdote Miguel Fritz cuestionó el proyecto de ley que pretende elevar a diez años la condena a la invasión de la propiedad privada y dijo que afectará a muchas familias campesinas que no tienen título de propiedad. “La propiedad privada no es un derecho absoluto”, refirió.
La economía es un área del conocimiento de directa relación con la filosofía, la política y la economía. El haberla desvinculado de su impronta filosófica y moral la convirtió en un área de estudio por el cual muchos de sus estudiosos terminaron por convertirse en tecnócratas, es decir, personas preparadas que ejercen su autoridad debido a su alta competencia técnica.
Si se diera curso al proyecto de ley que busca expropiar la estancia Pindó sería como premiar a criminales y violentos. Sus propietarios vienen sufriendo desde hace nueve años un sistemático hostigamiento, con invasiones, ataque violentos, destrucción y depredación ambiental causados por parte de grupos radicalizados, según informaron desde la agroganadera.
Con el abogado y analista económico Víctor Pavón profundizamos el tema sobre la Estancia Pindó, que está dando mucho de qué hablar en el Paraguay. El mismo, en una de sus reflexiones, mencionó que esto sería como darle un “premio” a los invasores.