Entre enero y setiembre, el consumo del mercado eléctrico paraguayo solo aumentó 2,7%

La demanda de energía eléctrica del mercado paraguayo, cuyo principal protagonista es el consumo residencial, tuvo un crecimiento del 2,7% en los primeros nueve meses de 2021 con relación a similar período de 2020, de acuerdo con los datos que mensualmente publica el Viceministerio de Minas y Energía.

La "política energética" de los gobiernos de turno del país, ejecutada por medio de la ANDE, casi se agota en  "apagar incendios", como el que se observa en la foto, reponer el servicio interrumpido una vez que pase el temporal de turno. La de expansión es secundaria.
La "política energética" de los gobiernos de turno del país, ejecutada por medio de la ANDE, casi se agota en "apagar incendios", como el que se observa en la foto, reponer el servicio interrumpido una vez que pase el temporal de turno. La de expansión es secundaria.

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En el lapso comprendido entre enero y agosto, la tasa comparativa de ambos ejercicios también favorecía, sutilmente por cierto, al presente año; menos del 2% según las publicaciones mensuales de la misma fuente.

Al agregarse los datos mensuales correspondientes a los nueve meses de los dos años, publicados por el Viceministerio de Minas y Energía, se concluye que en 2021, la Administración Nacional  de Electricidad (ANDE) recibió de las centrales  binacionales Itaipú y Yacyretá, así como de la nacional Acaray, 13.412.239 MWh (1 MWh = 1000 KWh); en tanto que en 2020 le suministraron  13.062.255 MWh.

Las cantidades de referencia, debe aclararse, incorporan la tasa de pérdidas (técnicas y negras) de la ANDE, que según los últimos informes oficiales todavía superaba el 20% del total, así como la  irrelevante tasa de exportación de la producción de Acaray al mercado argentino. Irrelevante si nos atrevemos a compararla con la exportación uruguaya y argentina al Brasil, la última inclusive con elevados componentes de la energía que pertenece al Paraguay en Yacyretá.

Escaso aprovechamiento industrial

La excesiva  lentitud del ritmo de crecimiento de la demanda del mercado eléctrico paraguayo, en un contexto en el que el Banco Central del Paraguay informa que el Producto Interno Bruto, “por efecto rebote”, se recuperó un 14,5% en el segundo trimestre de este año y proyecta una tasa anual de expansión del 4,5%, ligeramente superior a la del Banco Mundial (4,3%), se debe al aún escaso aprovechamiento industrial de la energía eléctrica -en la torta del uso final de energéticos en el país, le corresponde la tajada mas pequeña (19%) y a la sistemática ausencia de una política gubernamental eficiente de utilización de nuestra abundante energía en Itaipú y Yacyretá.

En 2021, en comparación con los nueve meses de 2020,  pudo observarse también que la energía proveniente de la gran central paraguayo/brasileña se contrajo un 4,1%, hecho que no debe atribuirse a la sequía, porque la otra central binacional, afectada igualmente por esta aspereza climática, aumentó su suministro en un 77,1%. Algo parecido ocurrió con la usina paraguaya Acaray, que entregó ese año 36,3% más que en 2020.

No obstante, a pesar de la reducción apuntada, el mercado de la ANDE sigue siendo “Itaipúdpendiente”, porque del total que colectó en estos nueve meses, el 84,4% provino de Itaipú, el 12% de Yacyretá y apenas el 3,6% de Acaray.

No explican, pero ...

No obstante, no hay una explicación oficial de este cambio en la política de compara de energía de la empresa estatal. En fuentes oficiosas se estima que la causa radica en progresivo incremento del costo medio o tarifa media que tiene la ANDE en Itaipú y que en Yacyretá solo está pagando poco más del 50% de la tarifa política que aún sostiene la administración de la entidad binacional, pese al rechazo de la Cámara de Senadores de nuestro país en 1994.

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