Miles de fieles iniciarán este fin de semana la larga caminata a la Basílica de Caacupé. Este acto de fe implica un gran esfuerzo físico donde el pie es el más vulnerable, siendo las ampollas, las lesiones más frecuentes.
Lea más: Así estará el tiempo durante los días festivos de Caacupé
La podóloga Carolina Orrego, directora del Centro integral de Especialidades Podológicas y presidenta de la Asociación Científica Paraguaya de Podólogos, brinda las claves para preparar los pies antes, durante y después del trayecto, garantizando que la promesa se cumpla sin dolor ni riesgos.
El esfuerzo de la peregrinación, requiere una preparación física que a menudo se olvida: el cuidado podológico. Según la experta, el pie es la base de la movilidad y la principal zona de impacto, por lo que una lesión mal atendida puede arruinar la experiencia e incluso poner en riesgo la salud, especialmente en personas con enfermedades de base.
La preparación previa: clave para evitar lesiones
La podóloga enfatiza que el trabajo preventivo es fundamental. Lo ideal es realizar una evaluación podológica para descartar problemas como callos, uñas encarnadas o alteraciones de la pisada.
Lea más: Policía espera hasta dos millones de peregrinos en Caacupé
Antes de salir, la especialista recomienda tener en cuenta:
- Uñas: Córtelas siempre rectas y evitar el exceso de profundidad en los bordes para prevenir que se encarnen.
- Higiene e hidratación: Mantener una limpieza rigurosa. Hidratar la piel con crema humectante, pero nunca aplicar crema entre los dedos, ya que esto fomenta la humedad y la aparición de hongos.
El calzado y las medias: sus mejores aliados
Orrego asegura, que la elección del calzado es el factor protector más importante. Indicó que es esencial nunca usar un calzado nuevo para la peregrinación.
“Lo ideal es optar por calzados deportivos, amplios, cómodos y ya adaptados al pie. Debe ser cerrado para evitar roces y proteger el pie, evitando sandalias, zapatillas de goma o cualquier calzado que aumente la temperatura del pie o no brinde soporte”, dijo la podóloga.
Orrego explicó que se deben usar medias gruesas de algodón, sin costuras y de colores claros. Además, resaltó que se deben cambiar si se humedecen durante la caminata.
Durante el camino: atención a las ampollas
Durante la peregrinación, es crucial realizar pausas frecuentes para estirar, revisar los pies y ventilar el calzado. La podóloga indicó que el peregrino debe estar atento a cualquier roce o molestia inicial antes de que se convierta en una ampolla.
Lea más: Operativo Caacupé: Essap ofrece puntos seguros de acceso al agua potable
En el caso de que una ampolla aparezca, al especialista aconseja:
- Nunca retirar la piel: La capa superficial actúa como barrera natural contra infecciones.
- Drenaje estéril: Drenar el líquido usando una aguja o jeringa que esté esterilizada, pero manteniendo la piel en su lugar.
- Protección: Cubrir la zona con un apósito estéril o gasa, asegurándolo firmemente para evitar que se mueva con la fricción.
Cuidados especiales para población de riesgo
Las personas con pie diabético deben extremar las precauciones, ya que una herida mínima puede derivar en una infección grave por la falta de sensibilidad y problemas circulatorios.
La podóloga indicó que el peregrino con pie diabético debe usar calzado cómodo, evitar resequedad e hidratar correctamente la piel. Asimismo, afirmó que debe revisar los pies frecuentemente, detectando enrojecimientos o cortes.
En el caso de los niños peregrinos, los padres deben supervisar constantemente sus pies y asegurar que utilicen calzado cómodo y de la talla adecuada, ya que suelen no manifestar dolor hasta que la lesión ya es grave.
El descanso post-peregrinación
Orrego resalta que al finalizar la caminata, la recuperación es esencial. Afirma que es esencial lavar los pies con agua tibia y secar minuciosamente, prestando especial atención al espacio entre los dedos.
Posteriormente, se debe hidratar los pies con crema humectante y elevarlos para reducir la hinchazón y el dolor.
Lea más: Caacupé 2025: peregrinación puede ser mortal para las mascotas
“Si el dolor persiste, si hay lesiones que no cicatrizan o si las ampollas son recurrentes, la única opción segura es la consulta profesional con un podólogo. Cuidar los pies es cuidar la fe, garantizando que el camino a la Virgencita Azul se viva con bienestar”, finalizó la especialista.