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Autor de un cine contundente, atrapante, genuino por donde se lo mire, aquí nos presenta a Celine Hadewijch, hija de un ministro francés entregada a la fe y al amor a Dios de forma ciega y total, quien es expulsada del convento donde aspira a convertirse en monja. Obsesionada por Cristo a tal punto de querer entregarse en cuerpo y alma a él debe salir al mundo a enfrentarse con la realidad y descubre que los conflictos religiosos tienen otras implicancias.
Ya en París, surge un giro inesperado en las huellas de Celine: la mística de su vida la cruza con un joven palestino, fanático practicante y cercano a la célula terrorista islámica liderada por su hermano. Lejos del convento, y muy cerca de la destrucción, lo demás dependerá de cómo se interprete al personaje y su versión de la fe.
Dumont, premiado en Cannes, nos propone un relato elíptico que faculta al espectador a completar los vacíos sin caer en la obviedad, remontándonos a Hadewijch, una poetisa mística del siglo XIII, cuyos escritos apasionan a Celine y se transformaron en una de las fuentes de inspiración de la película.
Pasión y violencia, locura y fe, catolicismo e islamismo, son los derroteros que marcan a "Entre la fe y la pasión".
Con prolijo rigor en su puesta en escena y la fuerte proximidad entre el amor y la violencia, descubrimos un film tan aséptico y espiritual como sublime y polémico.
ENTRE LA FE Y LA PASIÓN (Hadewijch, Francia/2009).
Dirección y Guión: Bruno Dumont. Fotografía: Yves Cape.
Producción: Rachid Bouchareb, Muriel Merlin, Dirk Wilutsky; Fotografía: Yves Cape; Edición: Guy Lecorne; Con: Julie Sokolowski (Céline), Yassine Alime (Yassine), David Dewaele (David), Karl Sarafidis (Nassir). Duración: 106 min.
Calificación: para mayores de 13 años.
A exhibirse en el Festival Internacional de Cine, Arte y Cultura, este sábado 25 (13:25) y domingo 26 (21:45) de septiembre.