La población americana

Existen diversas teorías acerca del origen de la población americana, como la que sostiene que el hombre penetró a América por el litoral pacífico, rodeando los glaciares de las Rocallosas, luego de atravesar el estrecho de Bering, o la que dice que provienen de Oceanía. A comienzos del siglo XX, se suponía que los habitantes del Nuevo Mundo estaban biológicamente emparentados con los asiáticos, aunque también se creía en la posibilidad de migraciones provenientes de Oceanía. Se consideraba que la entrada del hombre al continente había ocurrido cerca de seis milenios atrás.

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Pero los hallazgos efectuados a mediados del siglo XX lograron probar, que hace unos 11 mil años antes del presente, los primeros inmigrantes cazaban grandes mamíferos en las planicies norteamericanas. No se puede saber con exactitud de dónde provienen los primitivos habitantes, pero es bueno conocer la manera en que la población fue aumentando y adquiriendo otras características.

LA POBLACIÓN AMERICANA A PARTIR DE LA COLONIZACIÓN

Diferentes grupos humanos aportaron a la población americana. Antes de la llegada de los europeos y la colonización del continente, América estaba poblada por los aborígenes, con distintos grados de evolución cultural.

La colonización se realizó por dos grandes corrientes, cada una de estas determinó herencias culturales diferentes, formas de relación distintas entre los hombres, procesos históricos y modos de desarrollo característicos.

a) La corriente anglosajona: Hoy ocupa parte de América del Norte, y comprende a los Estados Unidos de América y Canadá. Estaba constituida por grupos de familias procedentes del norte de Europa, como los ingleses, irlandeses, franceses y escoceses, que no se mezclaban con la población autóctona.

b) La corriente latina: Se extiende desde México hasta Argentina. Estaba constituida por grupos humanos provenientes del sur de Europa, como los españoles y los portugueses, que se mezclaron con la población autóctona y dieron origen al mestizaje.

Los portugueses, españoles e ingleses trasladaron al territorio americano un gran número de personas de origen africano, en los siglos XVI al XVIII. Los africanos sirvieron de esclavos y contribuyeron a enriquecer la variedad de la población americana.

A fines del siglo XIX y a principios del XX, llegaron millones de inmigrantes de muchos puntos de Europa, y se distribuyeron a todo lo largo y ancho del continente.

DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN AMERICANA

La población del continente americano representa el 14% de la población mundial. La mayoría de las personas vive en países de América Latina.

Existen grandes diferencias entre la cantidad de habitantes de cada país americano. Más de la mitad de la población latinoamericana se concentra en Brasil, México, Colombia y Argentina. También las superficies de los territorios son muy diferentes.

En América del Norte, la mayor densidad de población se encuentra en el noreste de los Estados Unidos, entre los grandes lagos y el océano Atlántico. Allí están ubicadas varias de las ciudades americanas más grandes, como Nueva York, Chicago o Filadelfia. Esta es el área de poblamiento más antiguo, donde se establecieron las primeras colonias inglesas a partir de las cuales se formaron Estados Unidos.

Hacia el oeste, la densidad disminuye hasta la costa del Pacífico, donde se encuentra otra zona de alta densidad poblacional en California, que coincide con las ciudades de San Francisco y Los Ángeles. En el resto del territorio de los Estados Unidos y de Canadá, las densidades de población son bajas.

En América del Sur, la presencia de grandes ciudades es una característica distintiva. Desde el noreste de Brasil y hacia el sur, pueden reconocerse sectores de alta densidad de población, que corresponden a ciudades como Salvador, Río de Janeiro, San Pablo, Porto Alegre, Montevideo y Buenos Aires.

Otras áreas de alta densidad de población se encuentran en los altiplanos y valles del área andina de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y en Santiago.

La población americana es evidentemente urbana, porque la mayor parte vive en ciudades; en promedio, tres de cuatro habitantes de América viven en una ciudad. En el continente se encuentran varias de las ciudades más grandes del planeta, con más de 10.000.000 de habitantes, como es el caso de México, San Pablo, Nueva York, Buenos Aires.

La alta concentración de la población en ciudades se debe principalmente a dos razones:

a) Históricas: La colonización de América se organizó en base a la fundación de ciudades, donde se instalaban las autoridades y desde donde se organizaban las actividades agrícolas o mineras, como también el comercio. Muchas de esas ciudades fueron luego las capitales de los países que se formaron tras la independencia de las colonias americanas.

b) Económicas: Muchas ciudades son puertos y concentran gran parte de la actividad económica. Esta actividad demanda mucha mano de obra, por lo que es mayor el desplazamiento o migración hacia las ciudades de la población que reside en áreas rurales. La migración del campo a la ciudad es uno de los fenómenos más importantes que explica el crecimiento de las grandes ciudades de América.

Factores de densidad de población

El clima: Los climas extremos, como los de regiones árticas y la existencia de zonas muy cálidas y húmedas, como las selvas, dificultan el establecimiento de poblaciones. Generalmente, el hombre prefiere zonas de clima templado para establecerse, porque favorecen la explotación de recursos naturales.

La distancia del mar o de un río: La población de las ciudades ubicadas cerca del mar o de un río se ve favorecida por la explotación de los recursos de la pesca, por la instalación de puertos para la comunicación con otras regiones y por el florecimiento del comercio.

Las formas de relieve: El asentamiento de las poblaciones es mayor en los terrenos llanos, por favorecer la construcción de vías férreas y carreteras.

En algunas zonas montañosas abundan los minerales y su explotación determina el poblamiento del lugar. Por ejemplo, en América del Sur hay ciudades construidas a gran altura, como La Paz (3630 m.), Sucre (2.835 m.) y Quito (2.850 m.).
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