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3 Corrales de Caaguazú, fue liberado nueve horas después por sus captores al verse acorralados por la Policía, que sitió la zona por presión de la embajada de Estados Unidos. Anoche se ultimaban los detalles para una incursión detrás de los criminales.
R. I. 3 CORRALES, departamento de Caaguazú (Iván Leguizamón y Juan Ramón Avila, enviados especiales; Carlos Mariano Godoy y Ramona Marecos, Redacción Regional). La víctima es Javan Ray Yoder Schlabach (10), quien fue arrancado de en medio de sus tres hermanos cuando iba a su escuela ubicada a unos 250 metros de su casa, en la zona conocida como Calle 17 Tobatiry de este distrito.
Dos hombres en moto interceptaron a los menores y tras alzar a Javan Ray al biciclo entregaron una carta a su hermano mayor, de 12 años, para que se lo diera a su padre Clayton Dean Yoder (45), un misionero estadounidense de la Iglesia Evangélica Menonita afincado en la zona hace dos años. Las criaturas corrieron a avisar a sus padres y fue entonces que el religioso abordó su motocicleta Honda y dio persecución a los captores hasta alcanzarlos a unos dos mil metros de la vivienda, en la cabecera de un puente.
Pero uno de los captores bajó del biciclo y se le enfrentó, en medio de los gritos de su pequeño hijo. Durante el forcejeo, Yoder cayó al suelo y su motocicleta al cauce de agua, lo que aprovecharon los captores para huir con el menor.
Las comunicaciones
Enseguida la familia llamó al número de celular que los maleantes dejaron escrito en la nota, quienes exigieron que no avisaran a la Policía o de lo contrario no iban a concretar el "negocio". Pidieron 100.000 dólares por liberar con vida al niño, aunque luego bajaron sus pretensiones.
En otros dos contactos, uno de los captores reiteró en un perfecto castellano la exigencia de no involucrar a los organismos de seguridad.
Rápidamente, Clayton se reunió con las otras dos familias menonitas que viven en su comunidad y tras breves deliberaciones decidieron no acceder al chantaje y que dejaban todo en manos de Dios. "Como le dije, nuestra táctica en casos así es no pagar por el rescate", dijo Clayton a uno de los captores durante una comunicación.
El criminal le respondió: "No estoy de acuerdo en eso. No me vayas a decir más estupideces. Quiero que digas sí o no, y cuando decidís llamá otra vez, pero que sea hoy porque moviste todo y a la Policía y si movés más no va a pasar nada. Vamos a negociar nosotros". Tras cortarse el contacto en la tarde, los menonitas pidieron a la fiscalía, la Policía y la prensa que abandonaran la zona.
Intervención a nivel diplomático
A raíz de la presión ejercida por la Embajada de los Estados Unidos a las autoridades nacionales, la Policía montó un amplio despliegue en la zona. La reacción no se hizo esperar y al verse acorralados los captores abandonaron al infante en un matorral cercano al puente sobre el Arroyo Guazú, a unos 27 kilómetros de su casa.
El menor fue hallado dormido por unos pescadores que luego lo entregaron a un motociclista que pasaba por el lugar, identificado como Jesús María Vázquez Guirland (47), para acercarlo a su domicilio.
Este trasladó al menor hacia su casa, pero no sabía que había sido secuestrado. En el trayecto, tres equipos de prensa, entre ellos de nuestro diario, se cruzaron con el hombre y lo detuvieron en el camino. Luego el jefe de la comisaría local, suboficial mayor Juan Ovelar, alzó al chico al móvil de ABC en el que fue llevado a la comisaría, donde finalmente se reunió con sus familiares.
Dos hombres en moto interceptaron a los menores y tras alzar a Javan Ray al biciclo entregaron una carta a su hermano mayor, de 12 años, para que se lo diera a su padre Clayton Dean Yoder (45), un misionero estadounidense de la Iglesia Evangélica Menonita afincado en la zona hace dos años. Las criaturas corrieron a avisar a sus padres y fue entonces que el religioso abordó su motocicleta Honda y dio persecución a los captores hasta alcanzarlos a unos dos mil metros de la vivienda, en la cabecera de un puente.
Pero uno de los captores bajó del biciclo y se le enfrentó, en medio de los gritos de su pequeño hijo. Durante el forcejeo, Yoder cayó al suelo y su motocicleta al cauce de agua, lo que aprovecharon los captores para huir con el menor.
Las comunicaciones
Enseguida la familia llamó al número de celular que los maleantes dejaron escrito en la nota, quienes exigieron que no avisaran a la Policía o de lo contrario no iban a concretar el "negocio". Pidieron 100.000 dólares por liberar con vida al niño, aunque luego bajaron sus pretensiones.
En otros dos contactos, uno de los captores reiteró en un perfecto castellano la exigencia de no involucrar a los organismos de seguridad.
Rápidamente, Clayton se reunió con las otras dos familias menonitas que viven en su comunidad y tras breves deliberaciones decidieron no acceder al chantaje y que dejaban todo en manos de Dios. "Como le dije, nuestra táctica en casos así es no pagar por el rescate", dijo Clayton a uno de los captores durante una comunicación.
El criminal le respondió: "No estoy de acuerdo en eso. No me vayas a decir más estupideces. Quiero que digas sí o no, y cuando decidís llamá otra vez, pero que sea hoy porque moviste todo y a la Policía y si movés más no va a pasar nada. Vamos a negociar nosotros". Tras cortarse el contacto en la tarde, los menonitas pidieron a la fiscalía, la Policía y la prensa que abandonaran la zona.
Intervención a nivel diplomático
A raíz de la presión ejercida por la Embajada de los Estados Unidos a las autoridades nacionales, la Policía montó un amplio despliegue en la zona. La reacción no se hizo esperar y al verse acorralados los captores abandonaron al infante en un matorral cercano al puente sobre el Arroyo Guazú, a unos 27 kilómetros de su casa.
El menor fue hallado dormido por unos pescadores que luego lo entregaron a un motociclista que pasaba por el lugar, identificado como Jesús María Vázquez Guirland (47), para acercarlo a su domicilio.
Este trasladó al menor hacia su casa, pero no sabía que había sido secuestrado. En el trayecto, tres equipos de prensa, entre ellos de nuestro diario, se cruzaron con el hombre y lo detuvieron en el camino. Luego el jefe de la comisaría local, suboficial mayor Juan Ovelar, alzó al chico al móvil de ABC en el que fue llevado a la comisaría, donde finalmente se reunió con sus familiares.