Recuerdos de un caso que sacudió a las FF.AA.

El recientemente fallecido coronel Luis Catalino González Rojas trató de sanear los cuadros militares de su época al investigar y dejar al descubierto el tráfico de vehículos a Bolivia.

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Sin embargo, la "rosca" militar en lugar de premiarlo lo castigó pasándolo a retiro.En homenaje al hombre que no dudó en tratar de sanear las Fuerzas Armadas denunciando los ilícitos de los que tuvo conocimiento y, arriesgando su futuro (tal como posteriormente irónicamente aconteció) hoy revivimos a grandes rasgos los hechos derivados del caso que se conoció como "tráfico de vehículos a Bolivia".

González Rojas creyó en las palabras de sus superiores y no dudó en tratar de sanear los cuadros de las FF.AA. involucrados en la "protección" del tráfico de vehículo a Bolivia que se realizaba a través de tierras chaqueñas.
Cuando, en 1992, tuvo conocimiento de los ilícitos que se perpetraban en tierras chaqueñas, desde su puesto de comandante interino (era coronel en un puesto de general de brigada) de la IV División de Infantería con sede en Joel Estigarribia, Chaco, abrió sumario militar a los uniformados que estaban involucrados en el caso.

El resultado de dicho sumario fue la base para la posterior investigación y notas realizadas por el equipo periodístico encabezado por quien hoy escribe estas líneas en recuerdo de aquella verdadera aventura, de la que también tomaron parte los compañeros Juan Antonio Franco, Andrés Cristaldo y Abilio Ortiz Cabañas.

Las publicaciones de ABC Color de aquella época hicieron historia, pues a partir de nuestras notas, los efectivos de las FF.AA. dejaron de participar abiertamente en ilícitos que apañaron durante mucho tiempo como pesada herencia  de la dictadura stronista.

En efecto, a partir de nuestras notas, las autoridades de la reciente transición política no pudieron ya ocultar a la opinión pública los hechos y como resultado el entonces número dos de la FF.AA. (era el comandante del Ejército y hombre de confianza del entonces presidente Gral. Andrés Rodríguez), el general de División Humberto R. Garcete, no solamente fue pasado a retiro sino también procesado. También fueron procesados los generales Lorenzo Carrillo (antecesor de González Rojas en el cargo) y Emilio Balbuena (comandante del  III Cuerpo de Ejército) quienes igualmente fueron enjuiciados, si bien posteriormente fueron sugestivamente sobreseídos, la opinión pública ya sabe de cómo se manipulan los juicios en nuestros tribunales. Todos los testimonios y evidencias recogidas, tanto a nivel de sumarios militares como investigación periodística, avalaron las correctas denuncias de González Rojas.

Sin embargo, y por un mal entendido supuesto "espíritu de cuerpo" (no denunciar al camarada aun cuando este delinquiera), en lugar de ser premiado por su honestidad y transparencia, González Rojas fue primeramente arrestado y luego sancionado con un  "arresto disciplinario" de 90  días dispuesto por el entonces presidente y comandante de la Fuerzas Armadas, Gral. Andrés Rodríguez.

No contentos con este castigo a un militar que demostró ejemplar honestidad, la rosca corrupta  mimetizada en los cuadros castrenses logró que no fuera ascendido a general y tuvo que dejar la jefatura de IV División de Infantería.

Luego de su pase a retiro por tratar de sanear a las FF.AA.: González Rojas recaló en la Municipalidad de Asunción, durante la gestión de Martín Burt  como intendente (1996-2001) ocupando el cargo de director de Tránsito de la Comuna capitalina.

Debido a este hecho, y dado que las Fuerzas Armadas no han tenido el coraje y la valentía de reivindicarlo en vida) creemos que la Municipalidad de Asunción tiene la brillante oportunidad de reivindicar a un ejemplar funcionario, gran paraguayo y honesto ciudadano, considerando la posibilidad de nominar a alguna calle importante (que pase por alguna repartición militar de jerarquía, con el nombre del CORONEL (con mayúsculas) Luis Catalino González Rojas. Habrá tenido defectos como todo ser humano, pero nos deja un legado ejemplar y digno a seguir en estos tiempos en que la corrupción y los malvivientes nos están ganando la batalla.
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