Valores absolutos y relativos

El hombre es un ser moral, con capacidad para comprender los valores absolutos. Es el único animal que discierne entre lo bueno y lo malo; reconoce un valor inmanente y puede encausar sus acciones hacia el bien para otorgar sentido a su vida. Pero, ¿qué hace que una acción sea buena o mala? Sin duda, el uso que hacemos de nuestro deber.

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LOS VALORES RELATIVOS

Son valores subjetivamente importantes, condicionados por la necesidad o que buscan satisfacer una necesidad, tanto la propia como la ajena. Cuando el valor es relativo y está condicionado por lo ajeno, existe una relación directa con los valores absolutos.

A partir de las palabras del filósofo Hans Reiner, podemos denominar conjuntamente a los valores absolutos y a los valores relativos que satisfacen la necesidad ajena valores objetivamente importantes. En cambio, los valores relativos que satisfacen la necesidad ajena son importantes subjetivamente”.


LOS VALORES ABSOLUTOS

Son valores objetivamente importantes, cuya esencia radica en su ser. No están en las cosas materiales, ni en las normas éticas, sino que están íntimamente ligados a nuestra vida. Por lo tanto, no son lo que son por el hecho de interesar o venir bien a alguien, sino que lo son inmanentemente, por sí mismos.

Dos son los valores absolutos primordiales: la vida y el derecho.

El valor de la vida: Son valores universales, fundamentales, básicos, incorruptibles, inquebrantables e insustituibles. Algunos de ellos son: la verdad, la justicia, la unidad, la libertad.

Innumerables son las razones que justifican la importancia de los valores de vida, entre ellas caben mencionar las siguientes: proporcionan mejores recursos para el ser humano, facilitan una educación moral, crean oportunidades para alcanzar las metas, promueven el respeto, estimulan y facilitan el desarrollo moral e intelectual de la persona.

El valor del derecho: Es un valor natural y previo a todo valor. Está condicionado por la necesidad, pero su legitimidad debe aspirar a configurarse como valor absoluto.

EL DEBER Y LOS VALORES

El deber tiene su fundamento en su cumplimiento para con el otro, es algo externo y objetivo. El valor, en cambio, se dignifica en la subjetividad: la decisión, la elección y la intención del sujeto que actúa. El valor es aquello que hace que un ser se presente como digno y grato.

Toda idea que se presenta a la conciencia puede ser agradable o desagradable, neutra o indiferente. Existe una disposición subjetiva de necesidades e intereses propios, pero también se evidencia el aspecto objetivo, porque algo es agradable o desagradable en relación al sujeto/objeto, en cuanto se define como digno de ser grato o no.

LO BUENO Y LO MALO

Lo bueno y lo malo están ligados directamente a la concepción de valores personales y a la voluntad, a lo que queremos, cómo lo queremos, con qué intención lo queremos. La diferencia entre lo bueno y lo malo no depende en modo alguno de los valores particulares, relativos, sino de las formas generales del valor, absolutas, descubiertas en nuestras consideraciones.

Desde el punto de vista moral, lo bueno consiste en poner en práctica un valor objetivamente importante, el cual exige, en ocasiones, renunciar a un valor subjetivo. Por ejemplo, si una persona no está dispuesta a dejar de lado un valor subjetivamente importante y se niega a obrar conforme a las exigencias de los valores objetivamente importantes; entonces, su actuación es moralmente mala.

Los valores absolutos, sin embargo, no deben anular a los valores relativos. Es indiscutible que toda persona tiene derecho legítimo a los valores relativos, condicionados por la necesidad propia. Por ejemplo, es natural y correcto que un padre de familia se sacrifique trabajando duramente para anteponer la satisfacción de las necesidades propias de su familia.

La voluntad humana no plantea ningún dilema para la elección de lo moralmente bueno ante dos valores objetivamente importantes a realizar, debiendo optar necesariamente por uno de ellos, porque cualquiera sea la elección, esa será buena.

Según Scheler, el obrar bueno consiste en la realización del más alto de entre dos o más valores positivos, y el malo, por el contrario, en la elección del más bajo o de un valor negativo.

VALORES ABSOLUTOS, BUENOS Y VERDADEROS

No basta que los valores sean absolutos y objetivamente importantes, es necesario que sean además moralmente verdaderos. Es decir, que además de obrar conforme al deber, es preciso obrar por el deber mismo. Un valor es moralmente verdadero cuando además de ser correcto es moralmente bueno.

La acción moralmente buena y verdadera exige una correspondencia entre el deber y la responsabilidad. La no correspondencia o la no realización de valores objetivamente importantes nos da la pauta de un mal comportamiento, de unos valores moralmente falsos.

ACTIVIDADES

I- Escribe VA si las características mencionadas corresponden a valores absolutos y VR si pertenecen a valores relativos.

____ Son subjetivamente importantes.

____ Están condicionados por la necesidad, propia o ajena.

____ Son objetivamente importantes.

____ Su esencia radica en su ser.

____ Son lo que son por el hecho de interesar o venir bien a alguien.

____ Son valores inmanentes, no materiales.

II- Explica de qué manera se relacionan el deber y los valores.

III- Describe brevemente los dos valores absolutos principales.

IV- La base del valor absoluto de la vida es la verdad. ¿Cómo se entiende esto?

V- Si lo bueno y lo malo están ligados directamente a la voluntad, ¿por qué exige a veces la renuncia de un valor subjetivo?

VI- Especifica la diferencia entre un valor bueno y un valor verdadero.

VII- Una persona, ¿puede obrar en forma buena y verdadera a la vez? ¿Cómo?
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