Los trabajadores de la ANDE, representados por Juan Orué (SITRANDE), Alcides Chavez (U.I.A.), Mabel Martínez (SIPRA), Héctor López (APROANDE), y Miguel Pecci (SILTRANDE), remitieron una carta al director en relación con el editorial publicado el 8 de junio y un artículo del Ing. Nelson Cristaldo publicado el 22 de junio. El texto de la misiva dice así:
“El Ing. Nelson Cristaldo y ABC Color – con fuertes intereses en el campo eléctrico privado – pretenden impedir, junto con otros privatistas, que la ANDE preste el buen servicio que prestó cuando rigió plenamente su Carta Orgánica, la Ley Nº 966/1964. Esta ley ha sido violada sistemáticamente en los últimos 25 años, cuando cada año la ANDE trabajó sin el margen de rentabilidad que se establece, lo que se ha agravado con el gobierno de Horacio Cartes. Parece que violar la ley para privatizar y despojar al pueblo de su principal riqueza natural – la ANDE es la copropietaria de Itaipú y de Yacyretá – no fuera delito para los supra indicados.
A la ANDE no sólo se la desfinanció en el último cuarto de siglo – nunca tuvo el 8%/año de rentabilidad, como fija su Ley – sino que además se le obliga a dar unos 20 a 30 millones US$/año al Presupuesto General de la Nación en carácter de ‘transferencias intergubernamentales’; el gobierno no paga su cuenta de luz y, lo que es peor aún, a la ANDE se le obliga a subsidiar a los mayores y privilegiados usuarios del país; se le obliga a regalar dinero a los que más tienen. Con todo, el Paraguay es el país que posee la menor tarifa eléctrica promedio de América del Sur – y casi del mundo – sin subsidio, como se puede observar en cualquier estadística especializada.
Como trabajadores siempre hemos denunciado abiertamente la corrupción de los administradores de turno. Fueron estas denuncias las que permitieron el procesamiento y castigo de directivos de la ANDE por robo a la empresa; también hemos hecho lo propio en el caso de las binacionales, como fue nuestra histórica lucha contra la deuda espuria de Itaipú y el intento de privatización de Yacyretá bajo el gobierno de Menem en la Argentina. Hemos denunciado responsablemente además a aquellos que permitieron el vaciamiento del Banco Nacional de Trabajadores y no tenemos parangón que el sector empresarial - del cual son Uds. privilegiados voceros – haya atinado emular ese tipo de denuncia, para que los que roban al pueblo paren con sus huesos en Tacumbú. Es muy fácil ser valiente frente a un teclado, incluso manipulando el propio medio de comunicación, para lograr objetivos empresariales sectarios y un privilegiado enriquecimiento.
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Ustedes hablan en forma despectiva de que la ANDE tendría un ‘inflado y pesado’ funcionariado, al que califican de “burocratico, ineficiente y corrupto”, de no tener capacidades técnicas y de haber sido contratados como “amigos, parientes, amantes y correligionarios”, buscando fomentar el odio contra quienes prestamos el servicio con todo nuestro compromiso de servidores públicos, sacrificio y hasta riesgo para nuestra salud y vida, para peor en condiciones de precariedad, debido al desfinanciamiento ya citado.
La inmensa mayoría de los funcionarios que estamos en ANDE, incluso desde la era no democrática ingresamos a la empresa no por nuestra afiliación partidaria sino por nuestros méritos técnicos, habiendo sido la ANDE una de las pocas instituciones de tal época en que primaba la capacidad para trabajar en la institución. Con la apertura política, desde 1989, fuimos los trabajadores agremiados de la ANDE los que exigimos se profundice esa línea técnica, lo que se consiguió en gran medida gracias a nuestra lucha, enfrentándonos con administradores corruptos y partidizados, como su mismo diario ha informado en innumerables ocasiones.
Los hechos demuestran que la calificación de un funcionariado ‘inflado y pesado’ es una calumnia inconsistente. Digamos simplemente que mientras en 1961 (a poco de ser nacionalizada la ANDE) la relación entre la demanda de energía y el número de funcionarios era de 180 MWh por empleado, en el 2014 llegó a nada menos que 3.252 MWh por empleado. Es decir, la ANDE con su trabajador es hoy 1.700% más eficiente que hace medio siglo. El mismo fenómeno se registra si medimos el número y potencia de subestaciones y puestos de distribución, o kilómetros de línea. ¿De dónde sale, entonces, el calificativo de ‘inflado y pesado’, si hoy el funcionario atiende 17 veces más la demanda? ¡Ojalá la empresa privada pudiera mejorar en 1.700% su eficiencia en cualquier periodo de tiempo!
Algunos de los trabajadores de la ANDE pagamos un 50% dela tarifa porque ese es un derecho adquirido – cuando existía la privada Compañía Americana de Luz y Tracción (CALT) – conquistado por los trabajadores de tal empresa privada, que luego se transformó en la ANDE. No ha sido el Estado ni han sido los trabajadores actuales de la ANDE quienes hemos presionado para obtener tal beneficio social, de por si ínfimo (es menos del 0,1% de los ingresos de la ANDE). El salario promedio de un técnico de la ANDE, por otra parte, es el más bajo de la región, incluso en relación a sus pares del país, con lo que apenas sobrevive una familia paraguaya.
Mucho más grave es cuando el Ing. Nelson Cristaldo y ABC hacen la apología de la ilegal concesión a CLYFSA, en Villarrica, que acumulará en el 2053 nada menos que 98 años de concesión, otorgada sin licitación por un ente no competente, como es la Municipalidad, en clara inconstitucionalidad. ¿O es que la ley se puede violar, cuando es una empresa privada? Igualmente ocurre con las Colonias Menonitas, que carecen por completo de concesión legal alguna y todos los usuarios le estamos subsidiando la línea eléctrica que habían rogado le instale la ANDE y se comprometieron a pagar, porque no podrían – ni pueden – generar una electricidad más barata. Además, en estos dos casos, se le obliga a la ANDE a subsidiarle con millones de dólares por año a través de una tarifa que es ilegal según la Carta Orgánica, y no se les somete a realizar aportes multimillonarios al Estado – como a la ANDE – cada año. ¡Excelente ejemplo de ‘eficiencia’ privada!
El trabajador de la ANDE, ante un sistema desfinanciado por 25 años seguidos, ha conseguido reiteradas veces reponer el servicio en condiciones extremas, como ocurrió en los últimos meses en Ñeembucú y las subestaciones de Lambaré y San Lorenzo, en un tiempo récord, mucho menor al que técnicamente era posible. ¿Por qué somos más eficientes que cualquier empresa privada? Porque a pesar de todas nuestras limitaciones, luchamos por mantener a la energía eléctrica como patrimonio nacional, para beneficio de todos los paraguayos y no sólo de un pequeño grupo que busca privatizarlo y enriquecerse. Este privilegiado sector empresarial busca dejar al pueblo paraguayo sin un servicio público de electricidad que tiene hoy el menor costo de la región y sin la principal riqueza natural, la energía hidroeléctrica de Itaipú y Yacyretá, de lo cual la ANDE es la copropietaria. De ahí el interés en privatizar a la ANDE.
Por la experiencia de privatización en todo el mundo, desde California hasta la Argentina, pasando por Bolivia y Brasil, las tarifas aumentan enormemente y la calidad del servicio empeora dramáticamente. Alertamos a toda la ciudadanía de este tremendo golpe a los bolsillos que pretenden imponer los grupos privatistas, y que, para crear las condiciones socio políticas, desfinancian a la ANDE y se oponen a devolverle la autarquía que le llevó a ser una empresa modelo. Todo eso sumado a una campaña de calumnia y desprestigio a sus funcionarios desde medios de comunicación que no son más que parte de grupos económicos interesados.
Para que la ANDE vuelva a prestar el buen servicio que siempre prestó, se debe volver a la experiencia exitosa de su Carta Orgánica, la Ley Nº 966/1964, y a la consiguiente autarquía. Con, por supuesto, el estricto control de la Contraloría General de la República, del Congreso Nacional y del Poder Judicial como siempre existió. Los trabajadores seremos celosos defensores de que ello se mantenga así’, finaliza la misiva.