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El experimento fue publicado en la revista Science Robotics y realizado en la Universidad de California, en Berkeley, por un grupo de investigadores conducido por Duncan Haldane.
Para construir a Salto, acrónimo inglés de Saltatorial Locomotion on Terrain Obstacles, los científicos estudiaron a los gálagos, un género de pequeños primates del Africa subsahariana, famosos por su agilidad.
El resultado fue que la agilidad vertical de Salto, de 26 centímetros de altura y cien gramos de peso, fue de 1,75 metros por segundo, la más alta lograda por un autómata, equivalente al 78% de la de un gálago, en promedio. El proyecto del robot saltarín copió el mecanismo de modulación de energía usado por los gálagos en las patas. Un motor guía un resorte en el cual se acumula la energía al inicio del salto, para después descargarla a la máxima potencia durante los otros movimientos.