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Un caso puntual es el de la calle Teniente Irala, entre Brusquetti e Ignacio Núñez, donde los desperdicios cloacales son constantes en plena vía pública, lo que trae un nauseabundo olor, además de destruir la calle.
Se entiende que no exista un sistema de desagüe cloacal para el barrio, pero al menos podrían instalar un pozo ciego aquellas casas de donde provienen estos desechos.
Evelyn Díaz