Esto genera un río de olores nauseabundos, moscas y enfermedades, amén del peligro que representa para vehículos y transeúntes el tener una cloaca con la tapa abierta y todo el borde reventado.
La situación fue comunicada repetidamente a la Essap, sin que se logre aún una solución a pesar de todo el tiempo pasado.
José Tadeo Oliveira
