Siempre me pasa lo mismo, ya sea en el centro de Asunción o en zona Carmelitas y en los alrededores de mi puesto de trabajo, en las cercanías del Palacio de Justicia. Ahora me pinchan la rueda 2 ó 3 veces por semana; encuentro siempre el mismo tipo de tornillo clavado en cualquiera de mis cubiertas.
Encima estamos minados de policías, porque, como ya dije, estaciono alrededor del Palacio. Y cada cierre de pinchadura de cubiertas en la gomería me cuesta unos G. 20.000.
A dos de los policías de la cuadra les pregunto qué lo que están haciendo. Uno de ellos me dice: "Y tenés que pedirles que te guarden un lugar y darles sí o sí una propinita, mi cuate", seguido de risas.
En la comisaría no hago la denuncia porque no tengo a quién culpar. Los trapitos se cubren entre ellos. Es como una mafia organizada y sigue así, porque la Policía también es cómplice. Espero que se animen más víctimas a denunciar este hecho, o algún testigo saque fotos de estos delincuentes en acción.
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Emilio Mena
