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Artemio Villanueva
Y en el año 1957 jugaba en la Cuarta Común, consiguiendo en el ’58 debutar rápidamente en Primera (San Lorenzo competía en la ‘‘B’’) y ese año el Olimpia ganaba el título, dejando en la segunda ubicación a Cerro Porteño. El máximo goleador fue Juan Bautista Agüero, de Olimpia, con 16 goles. En segunda fue el campeón Presidente Hayes y el Fernando de la Mora en Tercera División.
Mientras, Muñoz se abría paso entre fornidos defensores marcando goles interesantes para el Sportivo San Lorenzo.
UN ‘‘TANQUE’’ GOLEADOR AL DANZARIN Y LUEGO AL AURINEGRO ABORIGEN
El club Sol de América decidió contratar al clásico y fornido goleador, en donde durante seis años reprisó esas grandes condiciones, alegrando a los danzarines de barrio Obrero. Muñoz era imprescindible en la delantera solense y lo demostró durante esos años, cuando Guaraní de Dos Bocas decide llevarlo a la ‘‘toldería’’ aborigen, procurando lograr el título luego de muchos años de espera, ‘‘y justamente en el año que fui pudimos salir campeón (luego de 15 años de espera) y reprisar en el ’65 y ’66 con dos vicecampeonatos’’, agregó. Y el ‘‘Tanque’’ colaboró con sendos e importantes goles, ya sea en el campeonato local o en Copas Libertadores de América. Y como corolario ‘‘me dieron el pase libre’’ y fue a jugar en el Colo Colo de Chile (1967 al ’68), de donde luego ‘‘aproveché y fui a Bolivia, al The Strongest de La Paz’’, narró.
Y Fabián Muñoz dejó muestra de su garra, temperamento, fuerza y goles en el fútbol extranjero.
UN TRISTE RECUERDO Y EL ADIOS POR LESION
‘‘Estaba yo en el club The Strongest (Bolivia) cuando nos anunciaron que viajaríamos a jugar un cuadrangular en Santa Cruz, en donde participaría Cerro Porteño también. Yo me rebelé porque me debían dinero y decidí no viajar. Tampoco Luis Gini (ex Sol de América y Olimpia) lo hizo por estar enyesado, pero Orlando Cáceres y Angelacio (arqueros paraguayos) lo hicieron; pero ya no retornaron a La Paz con vida, porque el avión en que venían chocó contra la nevada montaña del Illimani, falleciendo todo un equipo de fútbol y los demás pasajeros. Fue una tragedia nacional y muy triste’’, historió.
También en ese vuelo iba el conocido empresario español Arenas (yo, el que escribe esta nota, me despedí de ellos en el aeropuerto de Santa Cruz de la Sierra. Recuerdo que le dije a Arenas: ‘‘¿Por qué no viajas con nosotros?’’, y me contestó: ‘‘Voy a cobrar unos dólares que me deben’’. Nosotros retornamos ese día con Cerro Porteño unos minutos después que ellos y al llegar a Asunción, en la noche, nos enteramos del triste suceso.
Y dos compatriotas se salvaron: Fabián Muñoz y Luis Gini. Y no deja de ser un triste recuerdo.
Luego ‘‘retorné y tuve que ser operado de los meniscos (ambas rodillas). Procuré volver a jugar por Nacional, pero por incumplimiento de contrato decidí decirle adiós al fútbol’’.
Muñoz, Gini y quizás otros pudieron escapar de ese triste momento vivido. Hoy, con un cigarro en la boca y desparramando el humo por doquier, nos contó esta historia de su vida futbolera. Feliz por aquel gol que le hizo al gran Mazurkiewicz y el que le valió a Guaraní ante Cerro Porteño (a Críspulo Silva) para dar la vuelta olímpica, faltando tres fechas para la finalización del campeonato.
ALGO MAS PARA CONTAR
Fabián Muñoz Centurión nació en Lambaré el 20 de enero de 1939 (afincado en San Lorenzo desde los 11 años de edad y declarado hijo dilecto de la Ciudad Universitaria). Casado con Buenaventura Franco. Sus hijos son: María Victoria, Carmelo, Gustavo, Fabián y Liz Laura.
***
Inicio: Club Sportivo San Lorenzo (1957 al ’58). Debut en Primera (1958). Otros clubes: Sol de América (1958 al ’63), Guaraní (1964 al ’66), Colo Colo de Chile (1967 al ’68), The Strongest de Bolivia (1969).
***
Selección paraguaya: Convocado para el Sudamericano extra jugado en Ecuador (1959).
***
Títulos: Club Guaraní (campeón 1964); vicecampeón (1965 y ’66) con derecho a participar en la Copa Libertadores de América.
***
Característica: De los ‘‘9’’ clásicos. Fuerte, aguerrido, buen cabeceador y de potente disparo con ambas piernas. Le llamaban ‘‘el tanque humano’’, por su fortaleza física y exuberante musculatura. Estatura: 1,75. Peso: 80 kilos.
***
Actualidad: Funcionario Municipal de San Lorenzo. ‘‘Estoy como fiscalizador’’, acotó.
***
¿Tu mejor momento deportivo?: ‘‘Pienso que fueron los años 1963, con Sol de América, y 1964 y ’65 con Guaraní’’, afirmó.
***
¿Goles que recordás?: ‘‘El que le marqué a Ladislao Mazurkiewicz de Peñarol (Copa Libertadores de América), en Asunción, cuando le ganamos 2-1 y marqué el segundo de ‘palomita’ ’’, recordó. (También marcó dos goles al Deportivo Galicia de Venezuela, el 1 de febrero de ese año; Guaraní ganó en su visita a Venezuela). El onceno Aborigen llegó con 6 puntos iguales a Peñarol, pero por saldo de goles clasificó el onceno uruguayo. Luego Independiente de Avellaneda sería el campeón de la Libertadores de América al doblegar a Peñarol.
***
Otro gol del ‘‘Tanque’’ fue ‘‘el que le marqué a Críspulo Silva de Cerro Porteño, faltando tres fechas para la finalización del torneo, desde unos treinta metros’’, y sirvió para anticipar el festejo de ese año, 1964.
***
Este ariete incontenible, duro y fuerte, dio muestra de sus estimables condiciones y de su virtud de goleador en su trajín deportivo, y como premio a su buen comportamiento el club Guaraní le dio el pase libre. ‘‘Siempre era el primero en llegar y el último en salir de las prácticas, pero un día demoré 15 minutos (se atrasó el ómnibus, Línea 10, que salía de San Lorenzo) y el profesor me castigó (Ondino Viera-uruguayo), no dejándome entrenar ese día y me mandó a las gradas, desde donde me hizo observar la práctica. Al término de mismo me llamó y entre los compañeros me arengó. Al día siguiente ya llegué media hora antes y así sucesivamente. Ya no fallé’’, historió.
***
A Fabián Muñoz como a muchos otros el fútbol le dio la fama ‘‘y el dinero, que gané en Chile y Ecuador, me sirvió para invertir en la compra de un tambo, y gracias a ello hoy no sufro apremios como otros colegas’’, nos dijo en la despedida, pidiéndonos además que agradeciéramos ‘‘al doctor Jesús Amado Mieres (Cerro Porteño) y a otros médicos que me atendieron eficazmente cuando fui operado de los meniscos’’.
Y en el año 1957 jugaba en la Cuarta Común, consiguiendo en el ’58 debutar rápidamente en Primera (San Lorenzo competía en la ‘‘B’’) y ese año el Olimpia ganaba el título, dejando en la segunda ubicación a Cerro Porteño. El máximo goleador fue Juan Bautista Agüero, de Olimpia, con 16 goles. En segunda fue el campeón Presidente Hayes y el Fernando de la Mora en Tercera División.
Mientras, Muñoz se abría paso entre fornidos defensores marcando goles interesantes para el Sportivo San Lorenzo.
UN ‘‘TANQUE’’ GOLEADOR AL DANZARIN Y LUEGO AL AURINEGRO ABORIGEN
El club Sol de América decidió contratar al clásico y fornido goleador, en donde durante seis años reprisó esas grandes condiciones, alegrando a los danzarines de barrio Obrero. Muñoz era imprescindible en la delantera solense y lo demostró durante esos años, cuando Guaraní de Dos Bocas decide llevarlo a la ‘‘toldería’’ aborigen, procurando lograr el título luego de muchos años de espera, ‘‘y justamente en el año que fui pudimos salir campeón (luego de 15 años de espera) y reprisar en el ’65 y ’66 con dos vicecampeonatos’’, agregó. Y el ‘‘Tanque’’ colaboró con sendos e importantes goles, ya sea en el campeonato local o en Copas Libertadores de América. Y como corolario ‘‘me dieron el pase libre’’ y fue a jugar en el Colo Colo de Chile (1967 al ’68), de donde luego ‘‘aproveché y fui a Bolivia, al The Strongest de La Paz’’, narró.
Y Fabián Muñoz dejó muestra de su garra, temperamento, fuerza y goles en el fútbol extranjero.
UN TRISTE RECUERDO Y EL ADIOS POR LESION
‘‘Estaba yo en el club The Strongest (Bolivia) cuando nos anunciaron que viajaríamos a jugar un cuadrangular en Santa Cruz, en donde participaría Cerro Porteño también. Yo me rebelé porque me debían dinero y decidí no viajar. Tampoco Luis Gini (ex Sol de América y Olimpia) lo hizo por estar enyesado, pero Orlando Cáceres y Angelacio (arqueros paraguayos) lo hicieron; pero ya no retornaron a La Paz con vida, porque el avión en que venían chocó contra la nevada montaña del Illimani, falleciendo todo un equipo de fútbol y los demás pasajeros. Fue una tragedia nacional y muy triste’’, historió.
También en ese vuelo iba el conocido empresario español Arenas (yo, el que escribe esta nota, me despedí de ellos en el aeropuerto de Santa Cruz de la Sierra. Recuerdo que le dije a Arenas: ‘‘¿Por qué no viajas con nosotros?’’, y me contestó: ‘‘Voy a cobrar unos dólares que me deben’’. Nosotros retornamos ese día con Cerro Porteño unos minutos después que ellos y al llegar a Asunción, en la noche, nos enteramos del triste suceso.
Y dos compatriotas se salvaron: Fabián Muñoz y Luis Gini. Y no deja de ser un triste recuerdo.
Luego ‘‘retorné y tuve que ser operado de los meniscos (ambas rodillas). Procuré volver a jugar por Nacional, pero por incumplimiento de contrato decidí decirle adiós al fútbol’’.
Muñoz, Gini y quizás otros pudieron escapar de ese triste momento vivido. Hoy, con un cigarro en la boca y desparramando el humo por doquier, nos contó esta historia de su vida futbolera. Feliz por aquel gol que le hizo al gran Mazurkiewicz y el que le valió a Guaraní ante Cerro Porteño (a Críspulo Silva) para dar la vuelta olímpica, faltando tres fechas para la finalización del campeonato.
ALGO MAS PARA CONTAR
Fabián Muñoz Centurión nació en Lambaré el 20 de enero de 1939 (afincado en San Lorenzo desde los 11 años de edad y declarado hijo dilecto de la Ciudad Universitaria). Casado con Buenaventura Franco. Sus hijos son: María Victoria, Carmelo, Gustavo, Fabián y Liz Laura.
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Inicio: Club Sportivo San Lorenzo (1957 al ’58). Debut en Primera (1958). Otros clubes: Sol de América (1958 al ’63), Guaraní (1964 al ’66), Colo Colo de Chile (1967 al ’68), The Strongest de Bolivia (1969).
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Selección paraguaya: Convocado para el Sudamericano extra jugado en Ecuador (1959).
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Títulos: Club Guaraní (campeón 1964); vicecampeón (1965 y ’66) con derecho a participar en la Copa Libertadores de América.
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Característica: De los ‘‘9’’ clásicos. Fuerte, aguerrido, buen cabeceador y de potente disparo con ambas piernas. Le llamaban ‘‘el tanque humano’’, por su fortaleza física y exuberante musculatura. Estatura: 1,75. Peso: 80 kilos.
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Actualidad: Funcionario Municipal de San Lorenzo. ‘‘Estoy como fiscalizador’’, acotó.
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¿Tu mejor momento deportivo?: ‘‘Pienso que fueron los años 1963, con Sol de América, y 1964 y ’65 con Guaraní’’, afirmó.
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¿Goles que recordás?: ‘‘El que le marqué a Ladislao Mazurkiewicz de Peñarol (Copa Libertadores de América), en Asunción, cuando le ganamos 2-1 y marqué el segundo de ‘palomita’ ’’, recordó. (También marcó dos goles al Deportivo Galicia de Venezuela, el 1 de febrero de ese año; Guaraní ganó en su visita a Venezuela). El onceno Aborigen llegó con 6 puntos iguales a Peñarol, pero por saldo de goles clasificó el onceno uruguayo. Luego Independiente de Avellaneda sería el campeón de la Libertadores de América al doblegar a Peñarol.
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Otro gol del ‘‘Tanque’’ fue ‘‘el que le marqué a Críspulo Silva de Cerro Porteño, faltando tres fechas para la finalización del torneo, desde unos treinta metros’’, y sirvió para anticipar el festejo de ese año, 1964.
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Este ariete incontenible, duro y fuerte, dio muestra de sus estimables condiciones y de su virtud de goleador en su trajín deportivo, y como premio a su buen comportamiento el club Guaraní le dio el pase libre. ‘‘Siempre era el primero en llegar y el último en salir de las prácticas, pero un día demoré 15 minutos (se atrasó el ómnibus, Línea 10, que salía de San Lorenzo) y el profesor me castigó (Ondino Viera-uruguayo), no dejándome entrenar ese día y me mandó a las gradas, desde donde me hizo observar la práctica. Al término de mismo me llamó y entre los compañeros me arengó. Al día siguiente ya llegué media hora antes y así sucesivamente. Ya no fallé’’, historió.
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A Fabián Muñoz como a muchos otros el fútbol le dio la fama ‘‘y el dinero, que gané en Chile y Ecuador, me sirvió para invertir en la compra de un tambo, y gracias a ello hoy no sufro apremios como otros colegas’’, nos dijo en la despedida, pidiéndonos además que agradeciéramos ‘‘al doctor Jesús Amado Mieres (Cerro Porteño) y a otros médicos que me atendieron eficazmente cuando fui operado de los meniscos’’.