El Atlético Nacional se consagró en la Copa Libertadores de 1989 al superar a Olimpia. en la definición por penales por 5-4. Para llegar a esta instancia, el elenco colombiano había igualado la serie al ganar por 2-0 en los 90 minutos, mismo resultado que se dio en la ida.
Y al hablar de esta final es imposible no mencionar a Pablo Escobar, narcotraficante colombiano, quien según varios relatos está vinculado con esta campaña del elenco cafetero.
Este domingo, el periodista argentino Cherquis Bialo de Infobae contó las situaciones difíciles por las que atravesaron los árbitros argentinos que pitaron esa final. De acuerdo a la publicación, Escobar ya comenzó a amenazar a los jueces que se encargaron de la semifinal.
Carlos Esposito, Abel Gnecco y Juan Baba fue la terna arbitral encargada de la semifinal de vuelta entre Atlético Nacional y Danubio. Durante la madrugada del día de este compromiso, cuatro hombres, tres de ellos con ametralladoras, ingresaron en la habitación del hotel luego de destrozar la puerta.
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Estos les ofrecieron US$ 50.000 a cada árbitros si el equipo local se quedaba con el triunfo. “ Las cabezas de ustedes tienen un precio, ¿me entienden bien? Tiene que ganar Nacional”, sostuvo uno de los hombres. La situación se calmó, se retiraron con el dinero y el colegiado dirigió la semifinal.
En su relato, Bialo señaló que los argentinos encontraron una corona de flores y un crucifijo con tres velas. El partido fue ganado por el conjunto local por 6-0 y accedió a la final de la Copa Libertadores y tuvo a Olimpia como rival.
El Decano ganó por 2-0 el compromiso de ida y para la vuelta designaron al árbitro Juan Carlos Loustau, y los asistentes Francisco Lamolina y Jorge Romero. Loustau se enteró lo que vivieron sus compatriotas e informó a Julio Grondona, entonces presidente de la Asociación de Fútbol Argentino.
Grondona logró que el Atlético Nacional no juegue en Medellín sino en Bogotá. Además, llevó a todos los integrantes del Comité Ejecutivo de la Conmebol para presenciar la definición.
Siempre de acuerdo a lo dicho por Bialo, durante la noche previa al partido de vuelta, un hombre desconocido intentó dejar un maletín a los árbitros que se encontraban cenando. Tras un incidente con Loustau, el desconocido se alejó con el portafolio gritando: “O gana Nacional o se vuelven en ataúdes a casa”.
El árbitro principal quiso posponer el partido porque no estaban dadas las condiciones pero tras muchas deliberaciones, finalmente se jugó. El cuadro de Medellín conquistó la Copa sin embargo, como igualó la serie (2-0) tuvo que llegar hasta un interminable tanda de penales.
Este hecho no cayó bien en el grupo de Escobar que volvió a atemorizar a Loustau cuando este se dirigía a un medio de comunicación para tener de recuerdo el vídeo de la final. Dos coches lo pescaron y dejaron al árbitro en un descampado, a ocho kilómetros del centro.
“Me cruzaron dos autos, se bajaron cuatro tipos con ametralladoras en el medio de un descampado, me querían matar por que dijeron no entendimos el mensaje cuando rechazamos el maletín que trajo aquel tipo al hotel”, dijo Loustau.
