El plantel del Ciclón jugó de seguido en los países de El Salvador, Haití y México en menos de 10 días y tuvo que, prácticamente, abandonar el torneo local con tal de solucionar su grave crisis económica.
Mientras en Asunción quedó el equipo paralelo para hacer frente al campeonato oficial. Cosas de esos tiempos que en la actualidad la APF no permitiría.
Ese campeonato constaba de dos etapas y los ganadores de cada una de ellas se enfrentarían por el título oficial. En la primera etapa el Ciclón había perdido la final contra Olimpia (1-0) y no le quedaba otra opción más que ganar la segunda fase para jugar la finalísima contra el rival de todos los tiempos.
Sin embargo apremiado económicamente regaló el campeonato que luego sería ganado de nuevo por Olimpia, concretándose el tetracampeonato.
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Durante la gira del plantel principal cerrista, el equipo paralelo empato, 0-0, con Resistencia, que al final de la temporada bajó y luego prácticamente al bajar del avión tuvo que jugar con Guaraní perdiendo 2-0, y enseguida el clásico contra el Decano, 1-0. El desgaste de lo que había sido la gira propiamente, las muchas escalas que se destilaban en esos tiempos, hizo que el cansancio ganara las piernas el plantel azulgrana, despidiéndose definitivamente de toda posibilidad de ganar la segunda etapa, que le fue adjudicada a Sol de América.
El final del torneo es recordado como la más dramática definición de todos los que terminaron en la tanda de los penales, cuando Eligio Torres tenia que convertir su penal para que Sol sea campeón por primera vez en su historial. Eligio ante el influjo de Éver Almeida tiro desviado y el cotejo fue ganado luego por los olimpistas, 5 a 4, logrando el tetracampeonato, de los seis que el Decano había logrado al hilo, hasta 1983.