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El partido dio comienzo con un dominio absoluto del Betis, que se adueñó del balón, con circulaciones rápidas y precisas, y supo encontrar muchos espacios para jugar en superioridad, ante un Valencia que corría detrás de la pelota sin hacerse con ella.
Pese a ello antes del cuarto de hora de juego, llegó la primera ocasión de gol en una contra local en la que Gameiro remató sin potencia. Esta tónica de juego se mantuvo hasta el ecuador del primer periodo, cuando Inui tuvo la mejor opción para su equipo, en una jugada en la que el futbolista japonés dribló al meta del Valencia, pero Piccini evitó el gol sobre la línea de meta. Tras esa jugada el partido se niveló.
La misma tónica se mantuvo en el segundo tiempo. El Betis tenía las ideas más claras, pero no tenía al Valencia tan a su merced. Al partido le hacía falta un gol para invertir dinámicas, que pudo llegar en el minuto 54 en un balón que Parejo envió al larguero, tras un buen pase de Rodrigo.
A partir de ese momento, el Valencia le metió una marcha más al encuentro, incrementó su posesión y jugó más cerca de la portería de Pau López, aunque sin disponer de ocasiones para marcar. El Betis ya no era el dueño del encuentro como en el primer periodo, pero no se limitaba a defenderse, ya que mantenía su voluntad de sacar el balón jugado, lo que dejaba el encuentro lejos de quedar cerrado.
Al Valencia el punto le sabía a poco, pero el equipo era consciente de las virtudes del Betis, que era el que en el tramo final del encuentro encontraba espacios al contragolpe. El final fue intenso. Un partido de ida y vuelta en el que nadie renunció a buscar el gol, pero en el que nadie lo encontró.