Domínguez, goleador

Cuando parecía que el partido iba a complicarse, apareció el goleador: Cecilio definió de cabeza para el primero y la embocó de penal en el segundo. El delantero sumó su quinto gol en la Sudamericana y alcanzó a Nicolás Blandi en la tabla de goleadores.

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Estaba desaparecido, lo buscaban y no lo encontraban. La pelota parecía quemarle el pie porque cada control se le escapaba. No desbordaba ni era desequilibrante hasta que... ¡goooooooooooool! Como un goleador de raza, puede ser un fantasma, pero cuando se activa la emboca sin vergüenza. Y así fue: a los 34 minutos, apareció en el área cerrando por su sector y definió de cabeza tras una chilena fallida de Rodrigo Rojas. Allí comenzó el carnaval.

Volvió en todas sus dimensiones y generó la jugada del segundo gol. Pase en profundidad de Rojas, como si fuera un pasador de nacimiento, y ganandole la espalda a Valencia, recibió la falta penal del central. Y de Cecilio se puede esperar hasta lo imposible desde los 12 pasos. La noche necesitaba cerrarse y a lo Panenka podía ser riesgoso, pero su calidad en la ejecución no quedó en contexto: la colocó con suavidad al palo izquierdo de González, quien eligió el otro sector. 2-0 para otra semifinal.

Domínguez marcó su quinto gol en esta edición de la Copa Sudamericana e igualó a Nicolás Blandi, el delantero de San Lorenzo, en la tabla de goleadores. El paraguayo lleva 2 de cabeza, 2 de penal y uno de jugada.   

 

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