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Los milaneses sufrieron mucho ante la mayor experiencia del Tottenham y estuvieron por detrás 0-1 hasta el 86, antes de dar la vuelta al marcador gracias a un golazo desde fuera del área de Icardi y a un tanto de cabeza de Vecino.
El estadio de San Siro no acogía un partido de la Copa de Europa desde hace seis años y los 65.000 aficionados que acudieron al campo se rindieron ante dos futbolistas que están marcando, gracias a sus jugadas en los momentos clave, la historia reciente del club.
De hecho, Icardi y Vecino fueron precisamente los que en la última jornada de la pasada Serie A (Primera División) anotaron los goles decisivos para remontar al Lazio y arrebatarle la cuarta posición, la última que otorgaba el billete para la fase de grupos de la Liga de Campeones.
También en ese encuentro el Inter estaba por detrás en el marcador, pero allí aparecieron el rosarino Icardi, que transformó un penalti en el 78, y el medio de Canelones (Uruguay), que anotó con un cabezazo en el 90 el gol que completaba una épica remontada.
Fue una prestación memorable para estos dos jugadores, que soñaban con estrenarse en la Liga de Campeones con la camiseta del Inter. Icardi, formado en la cantera del Barcelona, fichó por el Inter en 2013 tras lucirse en el Sampdoria, con el que marcó 10 goles a los 19 años en la Serie A, y tuvo que esperar hasta cinco temporadas antes de alcanzar su objetivo.
En esos cinco años, el argentino anotó cien goles en la liga italiana y se hizo con dos títulos de “Capocannoniere” (máximo artillero) del torneo, en los cursos 2014-15 (22 dianas) y en el 2017-18 (29 dianas).
Su peso en el vestuario del Inter fue creciendo e Icardi es ahora el capitán del equipo y una pieza imprescindible para las dinámicas ofensivas del conjunto del técnico Luciano Spalletti.
La larga espera motivó al delantero argentino, que rescató el martes al Inter con un gol espectacular desde los 17 metros, tras un partido de gran sufrimiento. El número 9 de los milaneses no lograba encontrar espacios y sufría mucho ante los dos zagueros del Tottenham, el belga Jan Vertonghen y el colombiano Davinson Sánchez, mucho más altos y fuertes físicamente.
Sin embargo, el olfato goleador de Icardi terminó prevaliendo: en el 86, decidió salir del área de penalti para contar con más libertad y recibió un perfecto centro del ghanés Kwadwo Asamoah para rematarlo desde los 17 metros y fulminar al meta holandés Michel Vorm.
Ese gol revolucionó radicalmente el encuentro y, cinco minutos después, apareció Vecino, que aprovechó una acción a balón parado para empujar el balón entre las mallas con la cabeza y dar tres puntos fundamentales al Inter.
El uruguayo, de 26 años, coronó su sueño europeo tras una larga trayectoria en la Serie A. Llegó al Fiorentina con 22 años procedente del Nacional y fue cedido dos veces, primero al Empoli y luego al Cagliari, antes de poder afirmarse como uno de los puntos clave del conjunto de Florencia.
Sus prestaciones con el Fiorentina convencieron al Inter para pagar unos 24 millones de euros al club toscano para ficharle en la pasada temporada y convertirle en uno de los líderes del centro del campo “nerazzurro”.
El esfuerzo, el compromiso y la espera de Icardi y Vecino les premió el martes con unas de las mayores satisfacciones de sus carreras. El del martes fue un paso de gran importancia de cara al futuro europeo del Inter, aunque tanto el argentino como el uruguayo tienen claro que todavía hay un largo camino antes de poder sellar el pase a los octavos de final de la Copa de Europa, en un grupo en el que también está el Barcelona.