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Si los dos seleccionadores, Roberto Mancini y Ronald Koeman, encontraron motivos de satisfacción en este empate, se debe a que una reconstrucción implica una dosis de optimismo.
Pero por momentos, hubo que pellizcarse para creer que en este partido se enfrentaron dos equipos que han jugado finales de torneos internacionales durante los últimos diez años (Mundial-2010 para los Oranje y Eurocopa-2012 para la Squadra Azzurra).
En este duelo primero lo hizo un poco mejor Italia, con un gol en fuera de juego de Andrea Belotti, otro tiro del atacante del Torino que detuvo Cillesen y dos buenas oportunidades para Simone Verdi. Holanda estaba verdaderamente incómoda en el 3-5-2 de Koeman, pero despertó un poco al principio del segundo tiempo.
Sin embargo, Italia se encargó de abrir el marcador gracias al tanto de Zaza, delantero del Valencia, que remató a gol un buen centro de Federico Chiesa. Los dos atacantes acababan de entrar al terreno de juego.
Pero en el minuto siguiente, Doménico Criscito fue expulsado por una entrada sobre Ryan Babel y ofreció a los neerlandeses la ventaja de jugar con un hombre más en la recta final del partido. El definitivo tanto del empate lo anotó Aké, con la cabeza, a falta de dos minutos para la conclusión del tiempo reglamentario.