Independiente agudiza crisis de Luqueño

El primer partido de la fecha ponía frente a frente a dos equipos que llegaban con realidades distintas. El local venía con la idea de conseguir un triunfo que le era necesario para salir de los últimos lugares de la clasificación.

Independiente le hizo un gran partido a Olimpia en la fecha pasada, incluso, fue mejor que el franjeado y si aprovechaba las jugadas de gol que tuvo iba a ser un merecido ganador.

Fue Luqueño el que más buscó desde el arranque del juego, Pablo Zeballos se erigía como el conductor del equipo y en sus pies estaban las jugadas más peligrosas favorables a los auriazules.

Zeballos se escapó de varios jugadores de Independiente, ingreso al área pero no remató a tiempo y los defensores pudieron sacar el balón del área. Independiente mostró poco, casi nada, con relación a lo que fue su partido ante Olimpia, tenía llegadas esporádicas que no trajeron consecuencias al arco defendido por Tobías Vargas.

La primera etapa fue de Sportivo Luqueño en cuanto a la tenencia de la pelota y de las llegadas hacia el arco de Pablo Gavilán. No fue un gran partido, si Luqueño tuvo una leve superioridad. Blas Armoa se perdió de manera increíble el gol cuando tuvo el arco en frente pero erró la pelota cuando iba a sacar el remate.

Independiente estaba jugando de contragolpe, no fue el mismo de partidos anteriores, pero antes que culmine la etapa, Ramón Cardozo tomó el balón cerca del área, lo vio llegar a Richard Martínez que sacó un remate cruzado imposible para Vargas y terminó marcando la diferencia a favor de Independiente.

Desde el pitazo del árbitro en el segundo tiempo, Luqueño se fue arriba. El auriazul se adueñó de nuevo del balón y antes del primer minuto pudo llegar al empate. Fue en una buena habilitación a Gustavo Giménez, el lateral envío el balón al medio del área, Vladimir Marín saltó solo, parecía el empate, pero su remate de cabeza se fue afuera.

Pablo Zeballos estaba demostrando su buen nivel y era el que llevaba peligro al área de Independiente. Le faltaba más compañía como para terminar mejor los avances de su equipo.

El partido no tuvo muchas emociones a medida que transcurría la segunda etapa, Luqueño se mostraba incapaz de lograr el empate, Zeballos seguía siendo el más claro, pero las jugadas de gol escaseaban en el partido.

Desde los 75 minutos Independiente se quedó con diez por la expulsión del defensor Andrés Duarte. El auriazul tendría poco más de 15 minutos para igualar e intentar ganar el partido. El pedido del entrenador Shonhauser era que abran la cancha y que se juegue por las puntas para llegar al área rival.

Jorge Núñez y Guido di Vanni eran apuestas del técnico luqueño para intentar cambiar el resultado y el ritmo de juego, pero los goles no llegaban, es más, Luqueño ni siquiera inquietaba a Pablo Gavilán.

A los 83 minutos, Ramón Cardozo se llevó el balón por la derecha del ataque de Independiente, dejó atrás a su marcador, lo vio a Alfio Oviedo, el goleador ingresó al área y castigó a Luqueño tras la salida de Tobías Vargas, era el segundo de Independiente, que con uno menos, anotaba el segundo ante un Luqueño incapaz de crear una jugada clara de riesgo.

A los 90 minutos se vino una luz de esperanza para el Sportivo Luqueño, después de una serie de rebotes, con parada de Gavilán incluida, Guido di Vanni anotó el descuento para el auriazul que tenía algunos minutos más para intentar el empate.

Luqueño ya estaba desesperado, jugando en contra del reloj y fue con todo lo que tenía hacia el arco de Pablo Gavilán pero ya no tuvo tiempo de llegar al empate, Independiente ganó de visitante y agudizó aún más la crisis de Sportivo Luqueño cuyos hinchas se mostraron muy disconformes por el nivel del equipo.