La “amenaza fantasma” de la Copa América

Catar y Japón llegarán a la Copa América como las dos mejores selecciones de Asia, finalistas de su torneo continental y convertidas en una amenaza inesperada para toda Sudamérica. La Albirroja debutará en la competencia ante Catar el 16 de junio.

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Cuando hace poco menos de una semana el sorteo celebrado en la Ciudad de las Artes de Río de Janeiro determinó los emparejamientos de la cuadragésima sexta Copa América, pocos consideraron a los dos invitados asiáticos como protagonistas.

Sin embargo, la clasificación de ambos para la final de la Copa de Asia, tras dejar por el camino a selecciones como Arabia Saudí, Corea del Sur o Irán -todas ellas mundialistas-, cambia la visión de cuál puede ser rendimiento este verano en Brasil.

El momento de Catar es sorprendente; le ha llegado la explosión antes de lo previsto. Anfitrión del próximo Mundial, Catar trazó un plan a medio plazo que debe culminar en la Copa del Mundo de 2022. Por medio de la Academia Aspire, Catar reclutó al español Félix Sánchez Bas, un formador de talentos del Barcelona, que durante diez años dirigió en las secciones inferiores del club catalán.

En 2007, Félix Sánchez se hizo cargo de la sub'16 catarí, luego pasó por la sub'19, la sub'20 y la sub'23, antes de asumir la dirección de la selección mayor, a la que ha clasificado a la final de la Copa de Asia por primera vez en su historia. Con un plan que llevó a que sus jugadores se fogueasen por 17 equipos europeos, Catar se ha presentado en los Emiratos Árabes con suficiente experiencia para convertirse en la sorpresa del torneo, con unos números espectaculares: 16 goles a favor y ninguno en contra.

No le ha influido el bloqueo al que someten al país sus vecinos, que en el caso del torneo provocó que no se permitiese la entrada a la prensa catarí, ni el clima hostil que tuvo que soportar en todos los partidos. Ha descubierto al mundo, además, a Ali Almoez, un delantero que en 2016 pasó por la Cultural Leonesa (Segunda División B española) y se ha convertido en el primer jugador que anota 8 goles en una Copa de Asia, desde que lo lograse el iraní Ali Daei en 1996.

Ubicada en el puesto 93 del ránking FIFA, Catar no parecía una amenaza para Argentina, Colombia o Paraguay, sus rivales en el grupo B de la Copa América. Ahora, todos ellos deberán revaluar sus opciones.

Japón, por su parte, ya avisó en el pasado Mundial. En Rusia, tan sólo su ingenuidad al intentar ir por la victoria en la última jugada frente a Bélgica le privó de entrar en los cuartos de final. Los “Samurais Azules” llegaron a aventajar por 2-0 a Bélgica y cayeron en el 90+4, cuando subieron a rematar un saque de esquina y descuidaron su retaguardia favoreciendo el contragolpe de sus rivales.

El cambio de entrenador -Akira Nishino dimitió tras el Mundial- parece no haberle afectado. Hajime Moriyasu, un excentrocampista internacional que en los años '90 llegó a hacer una prueba con el Manchester United, ha recogido el testigo con éxito. Moriyasu, que preparaba a los sub 23 para los Juegos Olímpicos Tokio 2020 antes de dar el salto a la absoluta, ha superado las críticas iniciales con resultados; acumula once encuentros invicto.

El viernes, contra Catar, los japoneses tienen la oportunidad de conquistar la Copa de Asia por quinta vez, la primera desde 2011. Con una plantilla repleta de jugadores que destacan en Europa (Kagawa en el Dortmund, Inui en el Alavés o Sakai en el Marsella), Japón se presenta en la Copa América con mejores credenciales que en 1999, cuando tan sólo arrancó un empate contra Bolivia (1-1), tras perder con Perú (3-2) y Paraguay (4-0).

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