Llegó la hora de cambios profundos en la albirroja

Debo reconocer que fui uno de los que siempre creyó en la clasificación al Mundial 2014, es más, he tenido miles de entredichos con amigos, familiares y compañeros de trabajo por la selección. Fui siempre un defensor de la albirroja y, principalmente, después del partido ante Argentina.

Porque creía que el resultado era hasta lógico por enfrentar a una de las mejores selecciones de Argentina en los últimos 20 años con el mejor del mundo en sus filas, Lionel Messi. Pensé que el nivel contra Venezuela sería otro, por los chispazos de Fabbro en Córdoba, por el nivel de Víctor Cáceres y porque íbamos a jugar de local.

Pero lo de ayer fue realmente paupérrimo. Con un equipo sin alma, que fue superado ampliamente por una Venezuela, un equipo paraguayo que con su bajo rendimiento hizo que el rival parezca el Barcelona de España, porque sus jugadores triangulaban y tocaban a placer.

El tema es: a partir de ahora ¿qué? Pienso que llegar al Mundial de Brasil 2014 prácticamente ya es una utopía, entonces a mí me gustaría que tanto los directivos como el técnico se sinceren y empecemos a armar el equipo para Rusia 2018.

Hay que empezar a darle las muchas gracias a varios jugadores que en su momento nos dieron muchísimas alegrías y dejar una columna vertebral de algunos experimentados para que sean el apoyo de los jóvenes. Dando nombres propios, incluso yo dejaría a cuatro jugadores para ello. Antolín Alcaraz en la defensa. Por más que ya esté por encima de los 30 años, es uno de los que siempre han respondido. Víctor Cáceres en el medio, Jonathan Fabbro un poco más adelantado y Edgar Benítez en la zona de ofensiva. Es cierto que Fabbro ya tiene 30 años pero sería importante por lo menos para crear fútbol y ayudar a los chicos quienes, hipotéticamente, serían los que jugarían los próximos partidos de las eliminatorias.

Alrededor de estos jugadores armar el equipo para comenzar el recambio, no existe otra solución, el recambio que debió llegar al finalizar la Copa del Mundo de Sudáfrica llegará dos años más tarde.

¿Y qué se hace para mejorar?, ¿Quiénes son los culpables de esto?. Y yo diría que hay varios culpables, comenzando con la cabeza de la Asociación Paraguaya de Fútbol, Juan A. Napout, continuando con los demás directivos, pasando por los técnicos y jugadores.

La era del Tata Martino fue, en cuanto a resultados, lo mejor de la selección en la historia. Llegamos a cuartos de final de la Copa del Mundo. Y ahí se hubiera producido el click, que lastimosamente no llegó.

Gerardo Martino sabía que su ciclo terminaba y continuó hasta la Copa América utilizando los mismos jugadores que venían jugando en la selección desde el 2007, claro, a excepción del gran Salvador Cabañas.

Nunca se preocuparon en la previa del Mundial de Sudáfrica de lo que vendría después. En la Copa América llegamos a la final jugando el peor fútbol de todos con Venezuela dándonos el aviso en dos partidos de lo que sería en las eliminatorias. En ese torneo solo se jugó de manera rescatable en el primer partido ante Brasil que terminó empatado a dos.

Después de la Copa América pasó lo que todos sabíamos, el Tata se fue y antes de que se cumplan dos horas de su salida, Francisco Arce era nombrado como el nuevo seleccionador. Y todos estuvieron de acuerdo porque venía de hacer un gran trabajo con Rubio Ñu.

Arce tenía una filosofía totalmente diferente a la del Tata Martino y comenzó queriendo cambiar el sistema del equipo cuando las eliminatorias estaban a la vuelta de la esquina. El primer partido fue ante Perú, que se perdió jugando muy mal.

El segundo en el Defensores ante el campeón de América, Uruguay, que empatamos cuando el partido se iba gracias al coraje de Richard Ortiz para tirarse por el balón. A Ecuador se le ganó con lo justo y Chile nos dio otro campanazo de alerta.

Personalmente pensaba que Arce tenía tiempo de trabajo para plasmar su idea y creía que la adaptación a la altura sería lo ideal. Pero los caprichos nos privaron de jugadores que pudieron ser muy importantes ante Bolivia, uno de los peores de Sudamérica desde hace años, fue derrota y salida de Arce. Los dirigentes de la Asociación Paraguaya de Fútbol en lugar de ver rápidamente un sucesor para Arce, esperaron un mes hasta que termine el Torneo Apertura para ponerlo a Gerardo Pelusso.

El exentrenador de Olimpia tomó la responsabilidad y tenía por delante nada menos que el partido ante Argentina y otro de local ante Venezuela. Los convocados de Pelusso fueron los experimentados de siempre y así nos fue, estamos muy lejos de Brasil.

Es hora de pensar en el recambio, es hora de poner a jugadores jóvenes, de buen nivel e ir probando el equipo de cara a la participación en la Copa América y las eliminatorias para Rusia 2018. Ya que no fuimos capaces de usar la Copa América de Argentina como banco de pruebas, usemos a estas eliminatorias para ello.

Duele decirlo, pero es la realidad, hay que comenzar el trabajo desde las divisiones menores, o las mismas escuelas de fútbol que de algunos clubes de Primera División dan pena, por los lugares que les dan a los chicos para que practiquen. Viendo los partidos de las escuelas de fútbol, de las inferiores y hasta de algunos de primera división, uno se da cuenta del porqué nos cuesta tanto dar tres pases seguidos, mientras Venezuela tocaba y tocaba el balón, los nuestros solo miraban impotentes, así como todos los que asistimos al estadio.

Es hora del recambio, o mejor, del cambio total señores directivos de la Asociación Paraguaya de Fútbol, es hora de tomar el toro por las astas y dejar de lavarse las manos por las cosas que están pasando. El fútbol paraguayo y el público en general se los va a agradecer.