Miguel Almirón, una historia de perseverancia

El 10 estrella del Atlanta United visitó la redacción de ABC y al Cardinal Deportivo y fue premiado por ser el mejor futbolista paraguayo del 2017. El volante recordó sus inicios en el 3 de Noviembre y que luego de unos 5 años decidió con su padre ir a un club más profesional.

“Fuimos a Nacional a probar con un compañero y no nos gustó el ambiente. Los padres que estaban ya nos conocían porque jugamos antes contra sus hijos, no nos recibieron bien, no querían que les quitemos el lugar. Entrené ahí un solo día, pero después ya le dije a papá que no quería volver y probé en Cerro.

“El primer día me fui en auto a Ypané”, contó el enganche. “Papá no pudo porque trabajaba, él es guardia de seguridad; me acompañó mi abuelo. Hice la prueba y un técnico de apellido Coronel me vio y me dijo que siga viniendo; a partir de allí iba en colectivo todos los días. En ese entonces ya jugaba de extremo por izquierda, pero siempre me metía por el medio”, continuó el entrevistado.

“Mi primer año fue más o menos, ni bien ni mal, había muchos chicos que querían jugar en Cerro. Cuando pasé a las Sub 15 todo fue más complicado, fue mi peor momento porque había buenísimos jugadores y además yo era muy flaco. No me tenían tanta confianza por eso”.

“Enrique Landaida era el DT y me dijo que me podía quedar pero que no contaría conmigo. Decidí esperar y seguir insistiendo, fue muy duro porque me iba y sabía que no iba a jugar. En un año jugué un solo partido”, recordó Miguel.

“Roberto Torres me ponía a veces sí y a veces no. Tenía oportunidad pero era difícil. Quería dejar ya porque mis amigos de 3 de Noviembre ya jugaban en Tacuary y otro clubes, eran titulares y yo había jugado un solo partido el año anterior, pero Hernán Acuña me dio la confianza en la sub 17 y de ahí a la selección con Cristaldo y Victor Genes”.

“Al volver del mundial de Turquía ya entrenamos con Jorge Fossati y pude tener minutos en primera”.

Consultado acerca de qué lo ayudó en los duros momentos y cómo hace para no perder la cabeza con el éxito, Almirón explicó que su familia es la clave. “Siempre tuve el apoyo de mis padres, nunca me dijeron que deje el fútbol. Una vez falté a la práctica de Cerro y mi mamá me retó de arriba a abajo, siempre me apoyaron. Cuando me fui a Lanús cambió todo, pero somos sencillos, nosotros no nos volvemos locos por el dinero. Hace un año que estoy casado también y mi señora me apoya en todo”, acotó.

Para terminar, el jugador se refirió a sus fans de la siguiente manera: “Estoy agradecido con toda la gente que siempre me envía mensajes de apoyo. Aprecio mucho el cariño de la gente. No me molesta que me pidan fotos”.