A media hora de que se iniciara el partido se produjeron estos disturbios, que se recrudecieron en varios momentos, por lo que la policía tuvo que actuar con contundencia.
El Sevilla FC anunció en los días de la venta de las entradas que se habían detectado que muchas de las destinadas a sus aficionados habían caído en manos de seguidores del Liverpool, lo que también despertó la inquietud al mezclarse seguidores de ambos bandos.
