Chile va en busca de su segundo título en la historia y consecutivo ante Argentina, que está decidida a plantar bandera para cortar con una racha de 23 años sin coronas.
El crack Lionel Messi es el estandarte de una selección de grandes futbolistas que vienen de perder dos finales consecutivas, ante Alemania en el Mundial-2014 y ante Chile en la Copa América-2015, y ya no se permiten una nueva derrota.
Messi dijo este viernes que una eventual derrota albiceleste en el duelo decisivo del domingo, la tercera en tres años, no sería un “fracaso”, aunque sí una “gran decepción”.
“Sentimos que tenemos una nueva oportunidad de consagrarnos y conseguir esa copa tan deseada. Estamos acostumbrados a jugar finales, lamentablemente no las ganamos, pero no tenemos presión”, aseguró la Pulga a la prensa en un hotel frente a Manhattan.
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Estrellas como Messi, Javier Mascherano, Sergio Agüero, Angel Di María y Gonzalo Higuaín, los más cotizados y experimentados del plantel, han expresado su deseo de que no esta ocasión no se les escape el trofeo.
Por ello, tal vez como pocas veces, la gran final en el MetLife de East Ruthferod, frente a Nueva York, tendrá un alto contenido anímico.
La albiceleste debe concentrarse en manejar la ansiedad por ganar el título y la Roja aprovechar que su rival casi no tiene opciones. Ahí está la clave.
Chile pone en juego la primera Copa América que ganó hace menos de un año por primera vez en su historia, pero llega a la final en un buen momento, tras despachar a Colombia con claridad en semifinales.
Su nuevo técnico, el argentino Juan Antonio Pizzi, ha logrado consolidarse tras la salida de su compatriota Jorge Sampaoli, artífice del título en 2015.
La histórica goleada 7-0 a México en cuartos de final le dio a Pizzi confianza para afianzar su forma de juego con la generación dorada, que comanda el trío de estrellas integrado por el volante Arturo Vidal, el delantero Alexis Sánchez y el portero Claudio Bravo.
Su vecino de la ciudad de Rosario, el entrenador argentino Gerardo Martino, considera de su lado que la albiceleste será juzgada por el resultado de la final y no por sus buenas actuaciones en el transcurso de la Copa.
“La respuesta la tenemos que dar el próximo domingo. Exclusivamente dependerá del resultado de la final”, sentenció.
El domingo habrá duelos de alto vuelo, como Messi-Vidal, Sánchez-Di María e Higuaín-Vargas, y entre dos selecciones con un poder ofensivo envidiable.
