En Old Trafford, el Mánchester United demostró una vez más su irregularidad. Tras caer 4-0 el domingo pasado ante el Chelsea, los ’Red Devils’ habían levantado la cabeza eliminando al Mánchester City el miércoles en la Copa de la Liga, pero ahora volvieron a decepcionar, con un empate 0-0 ante el Burnley (13º)
El United acabó con diez por la expulsión del español Ander Herrera en el 68. También vio la roja su entrenador, el portugués José Mourinho, en el descanso. Según la prensa británica, ’Mou’ se estaba quejando airadamente por un presunto penalti no concedido a Matteo Darmian en el descuento de la primera mitad. Después del descanso, Mourinho, de 53 años, se sentó en las gradas, junto a los aficionados, antes de ser movido en dos ocasiones y tener que subir al palco.
El técnico luso fue expulsado en el túnel de vestuarios, por el árbitro Mark Clattenburg, al que protestó airadamente un posible penalti de Jon Flanagan sobre el italiano Matteo Darmian.
“No sé qué sucedió. No es importante lo que José dijo, lo que de verdad es importante es lo que el referí escribe en el acta. Y creo que el árbitro hizo un gran trabajo. No voy a comentar nada más”, dijo Rui Faria, ayudante de Mourinho, tras el partido en la cadena BBC.
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El pasado jueves, el entrenador del United fue acusado de “mala conducta” por la Federación Inglesa de Fútbol (FA, por sus siglas en inglés) por sus comentarios hacia los árbitros.
