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En el partido de ida, en Rosario, brasileños y argentinos habían empatado 0-0. Siguiendo su novela de los últimos meses, Sao Paulo venció, pero lo hizo con mucho sufrimiento. Fuera de los 20 minutos del primer tiempo en el que presionó con al menos tres chances claras de gol -todas desperdiciadas por malos remates-, el partido no tuvo grandes momentos.
Con el marcador cerrado, los hinchas brasileños se comían las uñas frente a la posibilidad de ser eliminados en los penales por un rival que está 19º en la tabla de la Superliga argentina y que encadena varias derrotas seguidas.
Pero después del intervalo, el respiro llegó: en una jugada articulada por Nené, Liziero y Reinaldo, Diego Souza estaba en el lugar correcto cuando la pelota rebotó en el poste, y con un simple toque de su canilla la envió dentro del arco de Jeremías Ledesma.
La clasificación es un alivio momentáneo para el Sao Paulo, que todavía está dejando atrás un período de turbulencias. Por segundo año consecutivo, en 2018 quedó fuera de la Copa Libertadores en función de una mala campaña en el último Brasileirao, en el que llegó a batallar para evitar el descenso.
Repitiendo la tragedia de comienzos de 2017, este año fue eliminado de la Copa do Brasil y del Paulistao. Los brasileños deberán esperar al sorteo del 2 de junio para conocer a su rival de la segunda fase.