En un partido discreto, Sportivo Luqueño y Trinidense empataron 0 – 0. Demostraron en fútbol sus irregulares números en el Apertura. Con pocas acciones en el primer tiempo, solo se destaca la media bolea de Pablo Zeballos sobre los 20 minutos tras un centro de Armoa. El delantero definió de primera en la cabecera central del área grande luego de recibir un balón a media altura desde la derecha: el balón se fue cerca del palo y fue la única jugada clara del período inicial, que tuvo un leve protagonismo del visitante, sin ser claro en ataque.
En la complementaria, el partido tuvo una velocidad diferente pero la falta de ocasiones de gol continuaron en el trámite. El 0 – 0 parecía ser un resultado seguro (y justo) por lo poco que demostraron ambos en los últimos metros del campo. En el tramo final, Arnaldo Jiménez inició un cambio en la actitud de su equipo. Desde un disparo de larga distancia, que sacó Tobías Vargas al córner, comenzó a encontrar espacios como para desequilibrar el marcador: el propio Jiménez definió en un mano a mano contra Vargas, quien desvió con las piernas, luego Nicolás Martínez, recibió un pase atrás y no le dio con fuerza al tiro cuando quedó solo con el portero.
En la lentitud de Luqueño para atacar, Zeballos volvió a demostrar recursos técnicos para resolver una jugada: luego de un centro de la izquierda del ataque, el atacante acomodó el balón contra el pecho, de espaldas al arco, y definió de chilena. El balón encontró a Roque Cardozo, quien lo desvió al córner. Esta acción motivó al equipo de Schönhauser que generó otro disparo con respuesta de Cardozo, quien se convirtió en figura en los últimos minutos.
Lo que parecía seguro, lo fue: 0 – 0 y punto para cada uno. Luqueño sumó 13, mientras que Trinidense llegó a seis (es el único que no ganó en 14 fechas). En la próxima, el Chanchón recibe a Independiente (viernes, 17:00) y el Triki a Nacional (viernes, 19:10).
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