Sorpresa en el Pantanal

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El modesto Cuiabá de la tercera división brasileña dio la sorpresa este jueves y venció 1-0 al Chapecoense en el estadio mundialista Arena Pantanal , conquistando una victoria histórica en la Copa Sudamericana, la primera copa internacional que disputa.

CUIABÁ, Brasil. El gol de los debutantes lo marcó Dakson con un lanzamiento de falta en el minuto 19, que acabó dejando al ’dourado’ en una inédita ventaja para la vuelta contra el Chapecoense, quien marcha en la zona intermedia de la primera división.

Era la gran noche de los 14 años de historia del Cuiabá y nadie quería fallar. Por primera vez, un club del estado de Mato Grosso, en el lejano centro-oeste de Brasil, disputaba una competición internacional y los de Roberto Fonseca se plantaron en el gramado decididos a vivir el cuento de la Cenicienta del fútbol sudamericano.

Por unas horas, podían olvidar la cruda realidad de la lucha contra el descenso en la árida tercera división brasileña y enfrentarse cara a cara con un club de primera. Para algo habían salido vencedores de la Copa Verde -competición que enfrenta a los clubes de la región norte y centro-oeste del país-, y eran participantes de pleno derecho del mismo torneo donde su antecesor, el modesto Brasilia, casi da la campanada el año pasado tras colarse en los octavos de final.

La apuesta era clara: presionar al Chapecoense y hacer de su motivación histórica un arma letal contra el acomodado club de Santa Catarina (sur) , décimo de la tabla del Brasileirao y que no quería contratiempos en Cuiabá.

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Pero cuando el juego comenzaba a trabarse en un medio campo adormecido, la Cenicienta saltó al baile. Una falta en la entrada del área de Matheus Bitheco fue la invitación soñada y Dakson aprovechó su lanzamiento para entrar en la historia del club con un tanto que sentenciaría el partido en el minuto 19.

Lejos de enloquecerse, un Chapecoense plagado de suplentes, pensó que la ventaja caería por su propio peso y retomó las riendas de un encuentro que a esas alturas ya se había convertido en un valioso botín para los ilusionados debutantes.

Cerrados en defensa y a la espera de un contraataque que completara una gesta improbable, los de Mato Grosso fueron aguantando las embestidas del equipo sureño, que fue creciendo y aumentando sus amenazas a medida que avanzaba el partido.

Los minutos finales se convirtieron en un suplicio para el Cuiabá, que veía a un Chapecoense impulsado por Tiaguinho y Gil cada vez más cerca de arruinarles su gran noche.

Pero el acierto tampoco estuvo de parte de los de Caio Júnior, con la cabeza más en el duelo del domingo contra el Flamengo que en un choque que siempre pensaron que tendrían tiempo para solucionar.

En la vuelta del próximo miércoles, sin embargo, se encontrarán a un Cuiabá con los números de su lado, al que cualquier empate o victoria le permitiría cumplir su sueño de enfrentarse por primera vez a un rival de otro país en los octavos de final de la Copa Sudamericana, una nueva frontera histórica al alcance de la mano.