Su peor rival en su peor racha

Dieciocho encuentros seguidos sin batir la portería contraria lleva el goleador español. Entre tres lesiones musculares, ese es el número de partidos en el campeonato que ha jugado desde el pasado 25 de febrero, desde su último gol con el conjunto rojiblanco en este torneo, en el minuto 29, cuando abrió el marcador de su equipo en el estadio Sánchez Pizjuán contra el Sevilla (2-5) y anotó su último tanto en la Liga.

Han pasado ya nueve meses desde aquel momento, 1.332 minutos de juego suyos en esta competición sin un solo gol, mientras sí sumaba tantos en los torneos continentales, con dos goles en la Supercopa de Europa, de la que fue el mejor futbolista del Atlético: uno en la Liga de Campeones, al Mónaco, y dos en la Liga Europa, entre ellos el que supuso la clasificación para la final frente al Arsenal.

Aún por debajo de las expectativas goleadoras en su segunda etapa en el Atlético -10 tantos y siete asistencias en 36 partidos, 33 de titular desde su reestreno en enero, con un gol, hasta ahora-, entre esa sequía productiva en la Liga, desconocida hasta ahora para él en el fútbol profesional, el '19' rojiblanco se cruza este sábado contra el Barcelona por la cima en el estadio Wanda Metropolitano.

Nunca le ha ganado en sus doce enfrentamientos oficiales. Ni en la Liga, con nueve duelos con dos empates y siete derrotas, ni en la Liga de Campeones, con una igualada a uno en el Camp Nou en el curso 2013-14, ni en la Supercopa de España, nivelado en sus dos duelos contra ese oponente.

Uno de esos empates, el 1-1 del 17 de mayo de 2014 en el Camp Nou, selló la última Liga de su equipo, aunque él apenas duró 14 minutos sobre el terreno de juego debido a que sintió un pinchazo y pidió el cambio. Lloró sin consuelo en el banquillo. Una semana después, resistió 8 minutos sobre el césped en la final de la Liga de Campeones frente al Real Madrid en Lisboa.

Y la única vez que el Atlético le ha ganado al Barcelona con Diego Costa en la plantilla, 1-0 el 9 de abril de 2014 en el partido de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones, él lo vio desde la grada, fuera del encuentro por una lesión muscular que había sufrido en el duelo de ida disputado en el Camp Nou.