El sábado Torres llevó a Libertad a conseguir su decimonoveno trofeo nacional tras empatar a cero contra Guaraní y evitar así un empate a puntos con Olimpia, el otro aspirante al campeonato, lo que habría provocado una final entre los dos equipos para dirimir el título.
Fue un final del Apertura inesperado para muchos, dado que Libertad estaba fuera de las quiniela cuando Torres tomó las riendas del club a falta de díez partidos y en sustitución del técnico Eduardo Rivera.
Sin hacer mucho ruido, Libertad, que estaba en la sexta plaza, comenzó a sumar puntos con “ el Tiburón ” en el banquillo y a tres jornadas para el final del campeonato se colocó como líder en solitario hasta terminar ganando un torneo en cuya recta final solo le hizo competencia Olimpia, el subcampeón de este Apertura.
Torres revalidó así por segunda vez lo que ya hiciera hace un año al frente de Cerro Porteño, donde siempre ejerció como coordinador de la cantera y luego, en 2013, 2014 y 2015, como entrenador interino.
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Precisamente en 2015 llegó su gran oportunidad al reemplazar en la séptima jornada del Apertura al por entonces técnico, el argentino Leonardo Astrada, que nunca se entendió del todo con los jugadores.
Torres no solo condujo al Ciclón a conquistar ese Apertura, sino que lo consiguió sin salir derrotado en 16 partidos, con un saldo de 13 victorias y tres empates.
Ese título le revalidó en el puesto, aunque el Clausura 2015 no fue tan bueno y el paraguayo acabó por renunciar a dos jornadas para el final, con Cerro Porteño fuera de toda opción.
Desde entonces no volvió a sentarse en un banquillo de primera hasta la sexta jornada del torneo Apertura 2016, cuando Libertad solicitó sus servicios, casi con carácter de urgencia.
La recompensa a esa confianza llegó la noche del sábado en la cancha de Libertad, en Asunción, donde un público entregado festejó la labor del técnico y de un plantel que les hizo soñar de nuevo.
