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Nuestro equipo le puso ganas desde el inicio, demostrando una gran entrega, una entereza admirable durante todo el primer tiempo, avanzando poco, es cierto -porque el rival mucho no le permitió-, pero también generando acciones ofensivas como el cabezazo de Carlos Acuña tras un desborde magnífico de Iván González. En otra acción, el árbitro cortó un claro contragolpe albirrojo comandado por Acuña, quien no pudo avanzar al pitar el juez una falta, en vez de otorgar la ley de ventaja.
A poco de iniciarse la complementaria, un centro largo de Rafael fue conectado de cabeza por Diego Barcelos para anotar el 1-0, elevándose más que Grégor y César Martínez, quienes tuvieron una sacrificada tarea, al igual que Enrique Meza.
Había que recomponer todo. Nuestro cuadro, que se anunció iba a ser ofensivo, tenía que ser formateado de nuevo porque estaba programado para empatar y como estaba abajo, lo primero que se hizo fue soltarle a Cristian Bogado, puesto como lateral izquierdo por la deserción a última hora de Angel Alonso. Y fue el zurdo el que solucionó el problema, al recibir un lanzamiento de costa y buscar su mejor perfil para con un remate potente y esquinado establecer el 1-1.
Y luego, todo atrás. Es algo que quizás no tenga mucha explicación, tomar un gol para ir decidido al frente y tras igualar volver a ser defensivo. Pero como en la cabeza estaba primero no perder y luego buscar la victoria, la Albirroja se dio por satisfecha, por lo que con aplicación y algo de fortuna, se quedó con la suya.
Llegó el momento de buscar cosas superiores. Mañana frente a Chile (20:00 de nuestro país), Paraguay tendrá que poner todas las fichas por los tres puntos. Ya su faceta defensiva la tiene bien comprobada, ahora queda la otra, que tal vez sea la más difícil, pero nuestros chicos están en condiciones de hacer que la Albirroja sume de a tres porque hasta aquí el avance en el torneo ha sido a paso lento.