Bandera paraguaya en la madre de las ultramaratones

Estaba en plena marcha del #8M, al lado de su hija y compañeras corredoras, levantando la voz por las mujeres deportistas y bajando la mirada hacia el celular de tanto en tanto. Pero, ¿por qué tanta atención al móvil? Es que justamente ayer debía hacerse pública la lista oficial de participantes para el Spartathlon 2018, a realizarse en septiembre.

Se trata de una competencia de ultramaratón (la distancia es mayor a los 42,195 km de la maratón), considerada incluso “la madre de las ultramaratones”, ya que los participantes deben completar una distancia de 250 kilómetros en no más de 36 horas.

Karina Molinas, quien en 2014 corrió su primera ultra de 12 horas y desde allí ya no le encontró satisfacción a correr distancias menores a los 42 km, hace casi un año desafió a las 24 horas por primera vez, apuntando ya a la marca que le permitiera clasificar a Sparta.

¿Cómo terminó esa competencia realizada en Argentina? La paraguaya no solo resistió hasta el final, sino que con 172,312 km recorridos se consagró campeona, además de poner su nombre en lista de espera para la selectiva competencia griega.

Esa lista debía hacerse oficial a las 11:00, hora de Paraguay, de este jueves. Pero como para hacer más intensa la agonía de Karina, este año la nómina no se anunció en vivo, a través de internet. “Fue tanta la ansiedad, tanto esperamos este 8 de marzo que parece que se alienaron todos. Las coincidencias no existen y en el Día de la Mujer tenía que salir el listado”, comentó Molinas a ABC.

“Pasaron las horas y no sabíamos nada. Me tranquilicé durante la tarde y durante la marcha revisaba mi celular a cada rato. Justo cuando iba a empezar, me llega un mensaje de mi entrenador (Fabián Duarte), que decía 'entraste'. En medio de la marcha lloramos, nos abrazamos... Fue emocionante ver mi nombre y el de Paraguay entre tantos países. Ese fue un golpe muy grande”, rememoró.

Hoy la emoción sigue, y va en aumento, porque pasó toda la mañana entre mensajes y lágrimas. “Hoy no puedo, me llegan los mensajes y lloro, no puedo responder y sigo trabajando. Me escriben de todas partes. 'Toda Argentina está contigo', 'México está contigo' o un ultra de Brasil que el año pasado hizo el mejor tiempo sudamericano en Sparta y me dijo 'este año nos vemos ahí'. Eso para mí es... no sé...”, comentó con la voz entrecortada.

“Soy una persona que vengo de abajo y lloro, con mucho sacrificio estamos haciendo esto. Como dije una vez: ¡quién es esta loca que sueña así tan grande! Y acá sigo soñando y trabajando, porque tenemos que llegar como sea, yo no me voy a rendir. Tenemos que llegar a los pies de Leónidas. Mi bandera paraguaya tiene que llegar para darle esa satisfacción a todo este sufrido Paraguay, y demostrar que se puede, que una persona normal, común y corriente puede llegar lejos”, afirmó.

Los pies de Leónidas marcan el final del Spartathlon, que arranca en Atenas y termina en la ciudad de Esparta. Allí quiere llegar Kari con su bandera tricolor, esa misma que se ata al cuello cuando le restan algunos kilómetros para llegar a la meta. Pero es consciente de que para ello falta algo muy importante: el dinero que implica realizar un viaje de mucho costo.

“Yo no vivo de esto, ahora tengo que secarme las lágrimas y seguir trabajando para poder sobrevivir, organizar el viaje que tiene un costo que para mí es imposible”, reconoció quien debe ir acompañada de su entrenador (que ya corrió varias veces esta prueba) y su compañero Diego Piris, que, además de ser su compañero de vida y desafíos deportivos, es quien la asiste en toda competencia.

“La próxima semana vamos a empezar a golpear puertas en busca de apoyo. Ya había ido a la Secretaría Nacional de Deportes, pero solo con mis marcas. Ahora, con esta confirmación, la idea es ir de vuelta”, explicó quien debe encontrar un espacio en medio del trabajo para entrenar.

La semana pasada Karina Molinas volvió a marcar un récord nacional en la competencia ultra de 12 horas. En mayo tiene previsto competir en las 24 horas de Santiago del Estero, en julio en los 100 km de Formosa y en agosto en la Maratón Internacional de Asunción, todas pruebas que las tomará como entrenamiento de cara al Spartathlon.

“Me siento con el chip cambiado, con más fuerza. Como me dijeron, el trabajo duro ya fue hecho, y ahora resta hacer lo que más sé, que es entrenar para cumplir mi gran sueño”, sentenció Karina Molinas.