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En una carta enviada el jueves al presidente de la FINA, el uruguayo Julio Maglione, los tres miembros de la DCRB -entre ellos su jefe, Andrew Pipe-, critican la permisividad de la institución en cuanto a la participación de los nadadores rusos en los Juegos de Rio.
Ellos habían recomendado condiciones mucho más estrictas, especialmente que cada nadador hubiese sido controlado por un organismo creíble, dado que Rusia está sacudida por un vasto escándalo de dopaje de Estado organizado.
“A pesar de la valoración de los miembros que componen la DCRB, la FINA decidió ignorar nuestras recomendaciones”, se puede leer en la carta de renuncia. “Nuestra petición de explicaciones no obtuvo respuesta”, añaden.
La FINA permitió finalmente participar a 30 nadadores rusos de 37, y los siete suspendidos por aparecer en el informe McLaren pudieron participar tras lograr el visto bueno del Tribunal Arbitral del Deporte (TAS).
La nadadora rusa Yuliya Efimova, por ejemplo, excluida en un primer momento, finalmente fue autorizada a participar, logrando la medalla de plata en los 100 y 200 metros braza.
Por otra parte, la FINA emitió un comunicado este domingo, donde “clarifica que los Juegos Olímpicos son un acontecimiento deportivo del Comité Olímpico Internacional” (COI) y que “la decisión sobre la participación de los deportistas rusos la tomaron el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) y el COI”. “La FINA respetó e implementó sus decisiones”, precisa la nota. “En este complejo proceso, la FINA dejó clara la posición del DCRB, pero nuestra federación internacional no fue el organismo que tuvo la última palabra en ese asunto”, agrega.