Tal y como atestigua el contundente 21-8 con el que los locales se marcharon al descanso, gracias a los ensayos de Stuart Hogg, que posó el oval hasta en dos ocasiones tras la línea de marca irlandesa, y Alex Dunbar.
Un contundente marcador que no amilanó a la poderosa Irlanda, un equipo que el pasado año logró vencer a los tres gigantes del hemisferio sur, Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica, en una segunda mitad de claro color visitante.
De la mano de Iain Hendersson y, sobre todo, de Paddy Jackson, autor de un ensayo y dos transformaciones, el equipo irlandés logró dar la vuelta al marcador (21-22) a los 62 minutos de juego.
Una remontada que no pudo evitar finalmente la derrota de la selección irlandesa, que vio como Greig Laidlaw, que no falló ninguno de los cinco lanzamientos a palos que intentó, puso el 27-22 final al transformar dos golpes de castigo en los minutos finales.
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La derrota complica las opciones de Irlanda, a priori el máximo rival de Inglaterra para alzarse con el título, pese a que los del Trébol lograron rescatar un punto de Murrayfield gracias al bonus defensivo.
