“Si alguna vez surgiera esta oportunidad, estoy seguro de que sería una ocasión especial que apreciaría y recordaría para el resto de mis días”, declaró el jugador de 29 años al Daily Telegraph de Sídney. “No hay duda de que la experiencia sería extraordinaria”, añadió, precisando que todavía no había comentado esta idea con los dirigentes de Rugby Australia.
Tras haber iniciado su carrera en el rugby XIII, Folau jugó en el fútbol australiano antes de unirse al rugby XV. A principios de febrero, el jugador convertido en uno de los líderes de los Wallabies, renovó cuatro años sus contratos con la Federación Australiana de Rugby y la franquicia NSW Waratahs, con las que está vinculado hasta 2022.
Para ir a Tokio Folau debería participar en las World Rugby Sevens Series, lo que le haría perderse la mayor parte de los test-matches con los Wallabies el próximo año y toda la temporada de Super Rugby.
El rugby VII debutó como deporte olímpico en Rio-2016. Australia alcanzó los cuartos de final de una competición ganada por Fiyi. Folau, que tendrá 31 años en el momento de los Juegos, no sería el primero en intentar la aventura del rugby VII para cumplir el sueño olímpico. Pero los ejemplos precedentes apenas han sido concluyentes.
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La estrella del rugby XIII Jarryd Hayne no fue seleccionado en el equipo de Fiyi en Rio. Por su parte el All Black Sonny Bill Williams sí viajo a Brasil, pero sufrió una rotura del tendón de Aquiles durante su primer partido, que vio a Nueva Zelanda caer derrotada frente a Japón.