A 1 de diciembre, de los 104 casos de dopaje de Pekín 2008 y Londres 2012 identificados de manera retroactiva en los últimos meses, 48 conciernen a la halterofilia, según las cifras del COI, que varían casi todos los días... El balance puede aumentar, ya que continúan los reanálisis de las muestras de esos Juegos Olímpicos del pasado.
Para la halterofilia, regularmente afectada por el dopaje como el atletismo o el ciclismo, la situación es desastrosa. El podio entero de los -94 kg de los Juegos Olímpicos de Londres se ha visto afectado e incluso el bronce podría ir a la novena posición. El campeón olímpico, el kazajo Ilya Ilin, positivo por un esteroide, tendrá que devolver el oro, igual que el ruso Alexandr Ivanov la plata y el moldavo Anatoli Ciricu el bronce. Ilin, campeón cuatro años antes en Pekín, dio allí positivo y fue descalificado.
Ilin había sido designado mejor levantador de pesas del año por la Federación Internacional (IWF) en 2005, 2006, 2014 y 2015. En una entrevista con la AFP, el presidente de la propia IWF, el húngaro Attila Adamfi, no oculta su perplejidad por la sucesión de nuevos casos de esas anteriores citas olímpicas.
“Estamos sorprendidos, pero estos resultados suscitan muchos interrogantes. En esos reanálisis, que siempre hemos apoyado, nosotros y el mundo del deporte, hay preguntas sin respuesta. Sabemos cuántos controles se han hecho, cuántos positivos se han identificado, pero no hay ninguna estadística sobre los deportes o los países afectados”, comentó Adamfi.
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“Por ejemplo, no sabemos cuántos deportes se han analizado o cuántos controles se han realizado en cada deporte. Reconozco que la halterofilia es un deporte de alto riesgo, eso es indiscutible, porque los esteroides son muy eficaces ahí, pero si vemos los resultados positivos se obtiene un mapa de los países afectados y si se comparan los resultados con los del reciente informe de la Agencia Mundial Antidopaje no coincide. Surgen por lo tanto preguntas sobre quién ha decidido los controles, los deportes y los países afectados”, añade.
Para Adamfi, su deporte está “en peligro”, pero “no está más amenazado que los demás deportes olímpicos”. Valora así la posibilidad de que la halterofilia deje de ser olímpica, lastrada por los escándalos.
El Comité Olímpico Internacional (COI) efectuará en 2017 una revisión de su programa pensando en los Juegos de 2024. “Existe manifiestamente un problema con la halterofilia”, constata un experto cercano al COI. “Es evidentemente uno de los deportes donde el dopaje puede aportar más beneficios”, afirmó.
“La halterofilia es claramente un deporte de alto riesgo de dopaje y el número muy importante de casos detectados por la IWF en colaboración la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) en el Mundial de 2015 en Houston, así como por el COI en sus reanálisis de muestras, así lo prueban”, reacciona por su parte Olivier Niggli, director general de la AMA.
Antes de los Juegos de Río, la IWF excluyó a Bulgaria, suspendió a Rusia y retiró cuotas a varios países, dentro de sus medidas antidopaje. Hay expertos que lanzan un mensaje optimista: los casos que ahora surgen del pasado son de antes de las nuevas medidas. Para Niggli, la IWF cuenta con un programa antidopaje “sólido, pero tendrá que extraer lecciones de los numerosos casos de dopaje recientes”.
