Paraguayo es bicampeón en Copa Podio de Jiu Jitsu

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Max Linchevsky (28) se alzó días atrás con su segundo título en la Copa Podio de jiu jitsu, evento celebrado en Sao Paulo, Brasil.

Linchevsky conquistó el cetro en el Desafío No Gi, peso pesado ante el local Joaquín “Mamute” Ferreira. El encuentro iba empatado, pero finalmente fue para el paraguayo por superioridad. “Faltaban 50 segundos para que termine la pelea, mi entrenador me cantó el tiempo desde la esquina. Entonces ahí empecé a planear una estrategia. ‘Dios, ayudame, tengo que ganar’. Yo estaba defendiendo el título, pero de visitante”, relata Max. “Soy una persona entregada a Dios. Dije: ‘Dios, ayudame, lo tengo que conseguir, yo vine acá para ganar’. Ahí se me vino una estrategia. Definí la pelea en los últimos cinco segundos”.

Participaron atletas de Inglaterra, Argentina, Brasil, Portugal, Noruega, Australia y otros, por invitación.

“Montaña” había logrado meses atrás el título en la misma modalidad, en la Copa Podio celebrada en Argentina. Para conquistar esta hazaña por segunda vez se entrenó por dos meses en Sao Paulo, en la Academia Almeida, y dice que tras lograr el objetivo hay “muchos sentimientos encontrados: felicidad, tristeza, alegría, satisfacción, se llora, se ríe. Se extraña mucho la familia, los amigos, la novia, el país”.

Para el futuro, Max ya piensa en su próxima aparición en la Copa Podio y torneos a nivel local.

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Con ocho años de experiencia en el deporte, Linchevsky cree que el deporte está creciendo. “Con mi equipo (Brother Fighting) en Paraguay damos todo, hacemos eventos, queremos empujar, queremos que crezca. Sería más fácil si el Estado ayuda, pero lo mismo de a poquito. Si se recibe apoyo, (el crecimiento) va a ser más rápido. Yo acá estoy entrenando con un competidor que mañana tiene una operación porque es médico, con una persona que tiene que ir a la obra porque es arquitecto. Allá estoy entrenando con un campeón mundial, campeón panamericano, con gente atleta que vive del deporte”.

El mensaje: “Crean en su capacidad, querer sobre todas las cosas, porque Dios da la oportunidad a todos. Dios da de su parte y nosotros también tenemos que poner de la nuestra, es fundamental dedicarse a lo que uno quiere. Hay que estar enamorado de lo que uno quiere, con pasión se llega”, instó. También destacó el cariño de las personas y el apoyo de su equipo: “Sabía que no entraba solo. Entré a pelear pero sabía que detrás mío estaban todos. La gente de acá (Paraguay) físicamente no estaba, pero le sentía presente”.