Por Adolfo Von Tumpling. Puerto Antequera noviembre de 2016.
En el año 1986 accidentalmente empecé a incursionar por curiosidad en el mundo maravilloso y misterioso de los peces, queriendo saber o interpretar que pasaba con ellos en ciertos meses del año, donde por arte de magia desaparecían misteriosamente del río Paraguay.
Normalmente esto no tendría que ser así, pero mis circunstanciales profesores pescadores profesionales me tranquilizaban alegando una serie de pretexto que no sustentaba la lógica realidad y más bien eran simples enseñanzas trasmitidas de generación a generación. En concreto todo eran suposiciones y agüerías con muy poca relación con los hechos reales.
Ellos alegaban que la causante de este fenómeno natural eran las frecuentes crecidas o bajantes de nuestros ríos. También culpaban a la continua y excesiva persecución de los pescadores inescrupulosos, o a las famosas vedas pesqueras que nadie respeta y otros pretextos circunstanciales…
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La verdad que todas estas sugerencias aportaba su cuota de responsabilidad, pero en el fondo, lo claro y concreto eran las continuas Colmataciones y Sedimentaciones de nuestros afluentes.
Efectivamente, en mis persistentes investigaciones encontré que más del cincuenta por ciento de nuestros afluentes en el río Paraguay ya estaban inservibles, en desuso y por lo tanto los peces quedaban sin su hábitat natural, perdiendo su ciclo natural de desove. Aunque usted no lo crea los Afluentes son los pulmones principales por donde respira nuestro gran río Paraguay.
Por consiguiente la causa principal de la desaparición de nuestros peces, apuntaba a este fenómeno natural que nosotros nunca le prestamos importancia, ni le hicimos un mantenimiento para que no muera definitivamente.
También en mi investigación pude descubrir que la mayoría de nuestros Afluentes, como el de río 7 Punta, río Monte lindo, río Negro, río Confuso y hasta el mismo río Pilcomayo por culpa de estas sedimentaciones dejaron de ser Ríos convirtiéndose en simples Riachos ya que dejaron de ser navegables.
De paso descubrí que cuando un río cualquiera tiene millones de curvaturas es porque en su buena época fueron muy caudalosos. Sucede que las curvaturas sirven a los caudales hídricos como freno, para que en las épocas de grandes repuntes sus aguas no destruyan sus riveras y amortigüe sus impactos destructivos.
Sostengo que la naturaleza es perfecta y por eso siempre se anticipa a cualquier otra negligencia natural que pueda surgir en su camino.
Lastimosamente los seres humanos no la entendemos así y seguimos invadiendo su reino hasta destruirla.
Intentando amortiguar este impacto destructivo, conseguí documentar el Proyecto T proyectando en la Estancia Mbaraca organizar el Primer Criadero de Peces en su Ambiente Natural. Su dueño el Ingeniero Ferreira Menchaca lo entendió así y me presta por quince años renovables un mil hectáreas de sus humedales, propiedad privada para seguir adelante con este proyecto T.
Lastimosamente hasta la fecha nada se concretó.
La idea es volver a repoblar nuestros ríos con peces en vía de extinción, hacer un estudio científico de todos sus movimientos, respetar las vedas y las medidas establecidas y otras miles de normas que hasta la fecha son volátiles y no se cumplen. Al final mi investigación llegó hasta el límite de su accionar con la autoeliminación o autodestrucción de las especies, que según mis apreciaciones ya llego a afectar a nuestros peces tradicionales.
Lastimosamente por el momento no es oportuno hablar de estos fenómenos pues faltan algunos detalles de laboratorios para documentar su mortal presencia. Ahora mismo con la comentada llegada del Tucunare y otras plagas muy pronto nos encontraremos navegando a la deriva y que Dios se apiade de nosotros….