Tras haber sido forzadas a abandonar el descabellado proyecto de maquinización de la presa Yguazú, no sin antes haber despilfarrado millones de dólares en concepto de pago a la consultora japonesa Nippon Koei Ltd. por un defectuoso anteproyecto, y otros millones más por extemporáneas obras auxiliares que devinieron inútiles, inopinadamente las autoridades de la ANDE han puesto la mira en otra potencial piñata para la repartija de coimas mimetizadas dentro del costo de cada proyecto de infraestructura encarado por la institución: la repotenciación de la central hidroeléctrica de Acaray.
Para el efecto, y pese a admitir que la institución cuenta con varios estudios específicos pertinentes al tema, recientemente han procedido a contratar a la firma consultora canadiense Manitoba Hydro International Ltd. (MHI) por US$ 1.552.787, con fondos proveídos por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que, llamativamente, de nuevo serán aplicados según las normativas de ese banco internacional y no de las leyes paraguayas, tal como lo es el préstamo para el incompleto proyecto del metrobús actualmente en desarrollo.
No deja de llamar la atención que la empresa consultora contratada sea la que tiene establecida una oficina “satélite” en el Parque Tecnológico que la Itaipú Binacional tiene establecida en la ciudad de Hernandarias, supuestamente para transferir conocimiento y potenciar capacidades técnicas a profesionales paraguayos. En realidad, su finalidad no es de colaboración, sino de negocios, al tiempo de servirle a la transnacional como un punto de entrada estratégico al mercado paraguayo y sudamericano. De modo que por ahí viene la cosa.
Comentando esta nueva iniciativa de la ANDE, el ingeniero Axel Benítez, exdirector de Energía del Viceministerio de Minas y Energía del MOPC, señaló que cualquier proyecto de este tipo pasa por la disponibilidad de agua. “Si hay agua, se puede pensar en un Acaray III; pero no se puede ampliar más el lago de Acaray y la presa Yguazú queda un poco lejos, para sincronizar muy bien la operación sin afectar a la zona, como por ejemplo el paso por el río Acaray”, dijo al respecto. El especialista recalcó que la viabilidad de un proyecto de potenciación de la central hidroeléctrica paraguaya pasa por disponer de una mayor cantidad de agua para impulsar más turbinas, cosa materialmente imposible con la geografía existente.
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Con relación al nuevo contrato de consultoría adjudicado por la ANDE a la empresa canadiense con el objeto de estudiar la factibilidad de la repotenciación de la usina y el concomitante estudio hidrológico de la cuenca del río Acaray, el profesional sostuvo: “No creo que arrimen nada nuevo. Para mí, esto está armado para que contraten a los supuestos expertos locales y así seguir con el negocio de las consultorías. Esto mismo pasó con el proyecto de maquinización de la presa Yguazú, donde la Nippon Koei subcontrató como técnicos a exfuncionarios de la ANDE”. A propósito, cabe recordar que en dicho negociado la ANDE despilfarró en total unos US$ 25 millones, entre lo que la consultora se embolsó directamente en Japón del crédito concedido por la JICA a la ANDE y lo que recibieron aquí exburócratas de la institución.
Todo indica que esta nueva iniciativa de los popes de la ANDE, con la obvia anuencia del ministro de Obras Públicas y Comunicaciones, Ramón Jiménez Gaona, configura una nueva disfrazada asociación ilícita orquestada por ladrones de cuello blanco para robar a la institución.
El ingeniero Axel Benítez no es el único en sostener a priori la inviabilidad técnica del proyecto de potenciación de la central de Acaray. Al igual que otros, con relación al desactivado proyecto de maquinización de la presa Yguazú, profesionales paraguayos expertos en la materia coinciden con el opinante en el sentido de que no se puede contrariar a la naturaleza pretendiendo generar más electricidad con el mismo caudal de agua que se tiene y que no se puede aumentar sin incurrir en costos exorbitantes como el proyecto impulsado por Koei en Yguazú.
En forma similar al caso de la presa Yguazú, esta nueva iniciativa de las autoridades de la ANDE con relación a la usina de Acaray despierta la sospecha ciudadana de que se trataría de una maniobra burocrática para robar al fisco mediante una ingeniería financiera fraudulenta centrada en tramoyas de consultorías superpuestas, blindada contra la honesta participación de calificados profesionales paraguayos que en su oportunidad acercaron sus propuestas para la maquinización de la presa Yguazú, con una relación de costo/beneficio que pudiera haber viabilizado un aumento de la capacidad de generación de la ANDE a precio razonable.
Los ciudadanos y las ciudadanas deben repudiar con energía cada intento de los concusionarios de nuevo cuño que, con la complicidad de legisladores corruptos, programan estafas contra las escuálidas arcas del Estado, sin temer ulteriores consecuencias al amparo de la cultura de impunidad prevaleciente en nuestra sociedad. No se debe permitir más que los gobiernos de turno sigan robando impunemente el dinero de la gente, bajo la modalidad delictiva que sea.