Antro de corrupción

En Ciudad del Este, la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET) y el Ministerio Público han constatado una monstruosa evasión impositiva por valor de unos 51 millones de dólares, en la que desde 2010 estarían involucradas nada menos que 285 empresas. Más allá de la eventual participación de ellas en el ilícito detectado, cabe destacar primero que ese delito se halla muy difundido porque la corrupción también afecta al sector privado y porque esa ciudad fronteriza ha sido desde 1957, año de su fundación, un verdadero centro de operaciones financieras delictivas. El hecho tiene mucho que ver con su situación geográfica, pues allí se han instalado miles de ciudadanos extranjeros, la mayoría de los cuales viven en Foz de Yguazú, pero tienen sus “negocios” en Ciudad del Este y llevan el producto de sus ilícitos al otro lado de la frontera, a la vista y paciencia de nuestras venales autoridades. Los malandrines que operan en el Este han venido activando muy seguros, amparados por padrinos políticos locales o de la capital, muchos de ellos investidos de “fueros” y ocupando curules en organismos electivos, cuya protección es retribuida con los famosos “maletines”.

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En Ciudad del Este, la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET) y el Ministerio Público han constatado una monstruosa evasión impositiva por valor de unos 51 millones de dólares, en la que desde 2010 estarían involucradas nada menos que 285 empresas. Más allá de la eventual participación de ellas en el ilícito detectado, cabe destacar primero que ese delito se halla muy difundido porque la corrupción también afecta al sector privado y porque esa ciudad fronteriza ha sido desde 1957, año de su fundación, un verdadero centro de operaciones financieras delictivas. Es bien sabido que allí y en su zona de influencia se practica el contrabando a gran escala a través del Aeropuerto Guaraní, que se lava dinero derivado del narcotráfico, que se venden productos falsificados de todo tipo y, por supuesto, que se evade sistemáticamente el pago de impuestos.

Sin duda, el hecho de que se haya convertido en centro de actividades ilícitas de primera magnitud, pese a tener solo 250.000 habitantes, tiene mucho que ver con su ubicación geográfica. Allí se han instalado miles de ciudadanos extranjeros, la mayoría de los cuales viven en Foz de Yguazú pero tienen sus “negocios” en Ciudad del Este y llevan el producto de sus ilícitos al otro lado de la frontera, a la vista y paciencia de nuestras venales autoridades. Como no tienen arraigo ni bienes en el país, les resulta muy fácil escapar a una sanción administrativa o penal. Son delincuentes internacionales paracaidistas.

Los malandrines que operan en el Este han venido activando muy seguros, amparados por padrinos políticos locales o de la capital del país, muchos de ellos investidos de “fueros” y ocupando curules en organismos electivos. Los servicios de esos sinvergüenzas son retribuidos con la remisión de los famosos “maletines”.

Al respecto, los 1.000 millones de guaraníes hallados en el automóvil de un funcionario aduanero accidentado el año pasado cerca de Minga Guazú, por ejemplo, formaban parte de esas “tajadas” a los protectores políticos.

De los “maletines” se habla desde hace años, pero todo indica que, pese a las constantes denuncias y a alguna que otra promesa de las autoridades de turno de poner coto a esa fechoría, la participación de los políticos en los negociados de la triple frontera sigue tan campante como antes. Es comprensible, entonces, que en todos estos largos años la SET no se haya atrevido a investigar, en su área de competencia, los ilícitos que se cometen cotidianamente en ese antro de corrupción que avergüenza a los paraguayos decentes y priva al fisco de cuantiosos ingresos.

Por eso mismo, vale la pena destacar el coraje demostrado por la viceministra Marta González Ayala de hurgar en esa mugre, lo que constituye a su vez un punto a favor del Gobierno del presidente Horacio Cartes, en un intento de quebrar el contubernio entre los facinerosos internacionales de Ciudad del Este y los delincuentes paraguayos empotrados en el aparato estatal en Asunción y en Ciudad del Este. El enfrentamiento será fiero, pero necesario, pues sin duda alguna la resistencia de la rosca mafiosa para defender sus jugosas ganancias será dura.

Ahora es de esperar que también la Dirección Nacional de Aduanas, el Ministerio de Industria y Comercio y el Banco Central actúen con la ley en la mano para que esa localidad deje de ser un campo fácil para todo tipo de maniobras político-empresariales fraudulentas.

También el Poder Judicial debe atender que los magistrados de esa circunscripción sean insobornables, y apliquen el Código Penal a quienes han dado tanta mala fama a la capital del Alto Paraná. No resulta nada sorprendente que allí hayan arreciado las denuncias contra jueces prevaricadores que en poco tiempo han exhibido cuantiosas fortunas. Hay muchísimo dinero en juego para comprar conciencias.

La acción de la SET que salió a luz en estos días debe ser el inicio de una cruzada tendiente a borrar la negra imagen de esa importante localidad para convertirla en un emporio de progreso basado en la transparencia y la legalidad.

Ciudad del Este debe dejar de ser una verdadera vergüenza para los paraguayos de bien y una burla sangrienta para el fisco.

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