La Cooperativa Luque Ltda. realizó su asamblea general ordinaria para la elección de cargos directivos y, tal como se venía anticipando, los mismos fueron copados por políticos colorados que para el efecto contaron con el apoyo de dirigentes liberales cooptados, quienes, al igual que sus ocasionales compañeros de ruta republicanos, tienen oscuros antecedentes, algunos inclusive vinculados con hechos de corrupción.
El movimiento ganador, “Renacer Cooperativo”, permite de esa forma que accedan al control de la entidad, la más importante de Luque, conocidos personajes que, a juzgar por su accionar, no buscan contribuir al fortalecimiento del cooperativismo y sus nobles objetivos, sino cooptar, desde una reducida y obtusa visión partidista, la mencionada organización.
La maquinaria electoral de la cooperativa fue orquestada por el senador colorado Óscar González Daher, activo y encumbrado miembro del coloradismo cartista, quien, además de ser denunciado en varias oportunidades por traficar influencias en la justicia ordinaria, es sospechado de acumular fortuna como prestamista, práctica totalmente contraria a los elevados ideales del cooperativismo.
A fin de facilitar la tarea, González Daher dispuso la utilización de recursos, estructura y medios de varias instituciones del Estado que operan en la ciudad. Posteriormente, para que no quedara duda del atropello cometido contra la soberanía y la autonomía cooperativa, organizaron una fiesta en la casa del mencionado senador colorado donde celebraron el abuso.
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Durante el discurso de celebración, tal vez por cola de paja, González Daher trató de aclarar que ni él ni ningún miembro de su familia tienen interés alguno en la cooperativa luqueña mencionada, pero que tanto él como el intendente, los funcionarios del centro de salud, los de la Fiscalía y otros pusieron su grano de arena para instalar un consejo colorado, anunciando además que el “correligionario” Miguel Mancuello iba a ser elegido presidente del Consejo de Administración, tal como efectivamente ocurrió después. Aclaró que el “triunfo” fue posible gracias al acuerdo al que llegaron con los liberales, quienes habrían recurrido a prestanombres para eludir cuentas pendientes, inhabilidades, sumarios y procesos.
Como se sabe, las cooperativas son instituciones que funcionan a partir de iniciativas de miembros de la sociedad civil que, de manera voluntaria y sobre la base del esfuerzo propio y la ayuda mutua, se organizan en estas entidades buscando satisfacer las necesidades de sus integrantes.
Uno de los principios del cooperativismo es justamente la neutralidad en materia político-partidaria y movimentista, así como en cuanto a religión, raza y nacionalidad, de modo que no se pueda invocar ninguno de estos pretextos para dividir a la masa societaria. Nada de esto fue respetado por los capitostes colorados de Luque para asaltar la asamblea de su cooperativa, y dar gusto a las ansias de poder de sus amos de turno en las élites partidarias.
Este bochornoso episodio constituye otro eslabón más en la cadena de acontecimientos implementados por el oficialismo del Partido Colorado para extender el control del poder más allá de los límites partidarios, exactamente de la misma forma en que lo hizo la dictadura stronista con todas las organizaciones gremiales, sindicales, profesionales y sociales para mantener controlada a la sociedad y someter a sus miembros. Recuérdese que el dictador ordenó “coloradizar” hasta las beneméritas asociaciones de veteranos de la Guerra del Chaco, cuyos dirigentes debían ser todos del partido de Gobierno.
Cabe esperar, entonces, que los titulares de las instituciones pertinentes, como el Incoop y la Fiscalía, tengan el coraje suficiente para tomar cartas en el asunto de acuerdo con las disposiciones claras de la Constitución y la ley, para devolver a los luqueños la soberanía y autonomía de las organizaciones que crearon con el fin de buscar el desarrollo y el bienestar comunitario por medios y esfuerzos propios.
Al mismo tiempo, la comunidad independiente de Luque debe manifestarse públicamente para poner freno al intento dictatorial del cartismo de ir copando ilegalmente las instituciones de la República.