Conciliar intereses comunes en el río Paraná

Se anuncia que el presidente Horacio Cartes asistirá hoy en Encarnación a la II Reunión Binacional de Ministros y Gobernadores de la Frontera Común de Paraguay y Argentina, de la que participaría también el presidente argentino Mauricio Macri, con lo que el evento sería rubricado con una Cumbre presidencial, en la que ambos mandatarios podrían discutir temas de interés relevantes para ambos países. Prioritariamente, para nuestro país estos tienen que ver con el arreglo de cuentas de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), incluidos la revisión del “Anexo C” del Tratado, entre otros. Por tal razón, la ocasión no podría ser más propicia para profundizar la integración binacional entre ciudades fronterizas a las que solo separan nuestros ríos limítrofes. Y ningún otro par de ciudades vecinas, paraguaya y argentina, podrían ser más emblemáticas en tal sentido que Encarnación y Posadas. La ausencia de ese necesario magnetismo geopolítico aglutinador generado por la integración política, social, económica y cultural de ciudades limítrofes es la causa por la que hasta ahora nuestros dos países no hayan podido sacar mayor provecho de la cercanía geográfica que les beneficia.

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Se anuncia que el presidente Horacio Cartes participará hoy de la II Reunión Binacional de Ministros y Gobernadores de la Frontera Común de Paraguay y Argentina, a desarrollarse en la ciudad de Encarnación los días 10 y 11 del corriente. De ella participaría también el presidente de Argentina, Mauricio Macri, con lo que el evento sería rubricado con una Cumbre presidencial, en la que ambos mandatarios podrían discutir temas de interés relevantes para ambos países. Prioritariamente, para nuestro país los mismos tienen que ver con el arreglo de cuentas en la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), incluidos la revisión del “Anexo C” del Tratado, el pago de las compensaciones por territorio inundado e infraestructura ferroviaria inutilizada por el embalse; la cancelación de la deuda que el Estado argentino mantiene con el nuestro por cesión de electricidad, las recurrentes trabas fronterizas al comercio binacional, la libre navegación en la Hidrovía y facilidades de acceso a puertos argentinos para embarcaciones con bandera paraguaya; el combate al crimen organizado transnacional, en particular, lo concerniente al contrabando y el narcotráfico.

Por tal razón, la ocasión no podría ser más propicia para profundizar la integración binacional entre ciudades fronterizas a las que solo separan nuestros ríos limítrofes, mientras les unen desde siempre sentimientos históricos de hermandad, vínculos sociales, comerciales, culturales y hasta familiares. Y ningún otro par de ciudades vecinas, paraguaya y argentina, podrían ser más emblemáticas en tal sentido que Encarnación y Posadas, que como precarios “pasos” jalonaron la marcha de los misioneros jesuitas, quienes, de la mano de San Roque González de Santa Cruz, atravesaron el río Paraná para ir a fundar los 33 pueblos de indígenas sobre las márgenes del río Uruguay, algunos de los cuales son hoy florecientes ciudades de la provincia homónima de Misiones, Argentina.

La ausencia de ese necesario magnetismo geopolítico aglutinador generado por la integración política, social, económica y cultural de ciudades limítrofes es la causa por la que hasta ahora nuestros dos países no hayan podido sacar mayor provecho de la cercanía geográfica que les beneficia.

Aunque geográficamente pequeño, Paraguay comparte con Argentina y Brasil recursos naturales estratégicos de mutua pertenencia: los ríos Paraná y Paraguay. Esto quiere decir que, dependiendo de la capacidad diplomática y patriotismo de sus gobernantes, el Paraguay tiene la posibilidad de mover a Buenos Aires y Brasilia más cerca de sus preferencias.

Sin embargo, en el juego de intereses entre países no hay altruismo de por medio, por lo que los gobernantes paraguayos no deben esperar conseguir que Argentina y Brasil atiendan, sin más ni más, sus reclamos por la justa repartición de beneficios en las binacionales que corresponde.

Así las cosas, el primer paso que los gobernantes paraguayos deben dar con relación a las usinas hidroeléctricas binacionales es renunciar categórica y definitivamente a los sobornos, disfrazados de “gastos sociales”, con los que sus pares de turno de ambos países socios han venido sobornándolos desde un comienzo. Sería una estupidez geopolítica que el Gobierno de un país renunciara a una importante ventaja estratégica que le proporciona otro al bajo costo de sobornar a sus gobernantes de turno. Eso es, exactamente, lo que viene sucediendo con nuestro país en las usinas hidroeléctricas binacionales.

Mientras tanto, el pueblo paraguayo se lamenta por una injusticia imputable mucho más a los corruptos de casa que a los malvados corruptores argentinos y brasileños, quienes, al menos, tienen el beneficio de la duda, por cuanto con su crimen están beneficiando a sus países, y no perjudicándolos, como los gobernantes paraguayos.

Está claro, entonces, que la clave para aspirar a la paridad de derechos y beneficios en las binacionales pasa por exigir a nuestros corruptos gobernantes que renuncien definitivamente a las coimas. ¿Cómo pretende el presidente Horacio Cartes atraerse la buena voluntad diplomática de sus homólogos de Argentina o Brasil para poner fin a las estafas cometidas contra el Paraguay en las binacionales si continúa con la mendicante actitud de coimero de sus predecesores?

Sin embargo, hay un atisbo de luz a la salida del túnel del “monumento a la corrupción”. Hasta ahora, el Gobierno del presidente Horacio Cartes mantiene firme su posición de que no habrá acuerdo para ninguna obra adicional en la EBY –dentro o fuera del Tratado– hasta tanto no se clarifiquen las cuentas y se proceda a la revisión del Anexo C del Tratado, como está estipulado en el mismo. Esta firmeza de encomiable postura gubernamental patriótica debe ser mantenida a toda costa. Es bueno reiterar esto ante ciertas declaraciones contradictorias del coordinador de políticas energéticas del Gobierno, el señor Juan Carlos López Moreira, que van a contramano de la postura asumida públicamente por el Gobierno nacional con relación a las conversaciones que viene manteniendo ambas partes para ordenar las cosas en la EBY.

A pesar de una cierta desconfianza con que la ciudadanía observa el cansino andar de las negociaciones del Gobierno con la Argentina, la gente espera que el presidente Cartes cumpla su palabra de no dar un paso atrás en su decisión de no permitir la realización de ninguna obra adicional en el ámbito de la EBY antes de poner en orden las cuentas en los libros de la binacional.

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