Miserable concepción de la política

Actualmente, pocos adherentes al Partido Colorado dudan de que Óscar González Daher es un pésimo referente social y que su impresentable figura supondrá, para la campaña del partido oficialista, un lastre importante. En otras palabras, muchos electores colorados están declarando que no votarán a una lista en la que figure este candidato a senador. Pero el hecho es que, por causa del régimen de “listas sábana”, este personaje ya está instalado en el conjunto que pugnará por esas bancas legislativas, en una posición que, de repetirse las cifras de la anterior experiencia comicial, permitiría que se convierta nuevamente en senador de la Nación. Este lastre ya no es removible, según cree un referente partidario suyo y colega, Juan Darío Monges. Este sostuvo que, guste o no guste a la oposición y a los medios de prensa, González Daher forma parte de la lista del Partido Colorado. Esta repudiable candidatura constituirá así una ocasión para verificar si la ética y la moral tienen en el partido de Gobierno más peso que las conveniencias políticas y el oportunismo. Se sabrá si los colorados y las coloradas deciden adoptar un vivificante aire de decencia o prefieren continuar chapoteando en el fango hediondo en el que los ha metido la gavilla que capturó el liderazgo de su partido.

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Actualmente, pocos adherentes al Partido Colorado dudan de que Óscar González Daher es un pésimo referente social y que su impresentable figura supondrá, para la campaña del partido oficialista, un lastre importante. En otras palabras, muchos electores colorados están declarando que no votarán a una lista en la que figure este candidato a senador. Pero el hecho es que, por causa del régimen de “listas sábana”, este personaje ya está instalado en el conjunto que pugnará por esas bancas legislativas, en una posición que, de repetirse las cifras de la anterior experiencia comicial, permitiría que se convierta nuevamente en senador de la Nación.

El resto de la ciudadanía informada también tiene bien clara cuál es la situación creada en el Partido Colorado por la candidatura de González Daher y qué brecha abre este candidato con relación a las próximas elecciones. Los partidos y alianzas opositoras ya contabilizan los votos que podrán recoger a partir de la defección de votantes que figuras como él y otras provocarían dentro del coloradismo.

Es lógico, por consiguiente, que sean muchas las voces que se levanten contra su presencia en la oferta electoral de la ANR, viéndolo como un elemento que políticamente genera repugnancia y rechazo por causa de su gran desprestigio; y no se equivocan en cuanto al temor que sienten numerosos colorados a que sean muchos más los votos que este candidato le reste a su partido que los que pueda aportarle.

Es lógico, entonces, que exista un reclamo para que sea apartado de la campaña, sea que él mismo lo haga, renunciando a su postulación, sea que los candidatos y dirigentes de mayor jerarquía le pidan o le exijan que deje el campo electoral libre del obstáculo que representa.

Pero este lastre ya no es removible, según cree un referente partidario suyo y colega, Juan Darío Monges (candidato cartista que ocupa el puesto número once en la lista de la ANR). “Se sindica a González Daher como un tumor maligno. Que se le investigue y si concluye con una sentencia firme de la Justicia, entonces no podrá ser legislador”, sostuvo Monges. En otra ocasión manifestó que guste o no guste a la oposición y a los medios de prensa, González Daher forma parte de la lista del Partido Colorado. Esta es la concepción politiquera tradicional que antepone el color partidario a la moral y a la decencia.

Monges y los que adoptan la misma posición saben perfectamente bien que nadie investigará seriamente a González Daher, y que esa Justicia que hasta hace poco estaba manejada por este funesto personaje jamás lo hallará culpable de nada. Además, podrían pasar años antes de que alguna autoridad judicial se pronuncie formalmente al respecto. De modo que está suficientemente claro que el cartismo va a conservar al réprobo en su lista, “llore quien llore”, como los mandamases gustan decir antes de aplicar la prepotencia.

El candidato del cartismo González Daher está descalificado moralmente como ciudadano, como político, como senador, como miembro del Consejo de la Magistratura y hasta como luqueño, porque defeccionó en todos esos ámbitos. Ha embadurnado con bosta la imagen de todos los organismos en los que tuvo presencia. Se trata de una persona que en su vida de político dejó demostrado que no tiene ningún escrúpulo ni límite moral.

La pregunta que cabe formular a los dirigentes y candidatos del Partido Colorado y, en particular, al movimiento interno capitaneado y financiado por Horacio Cartes es si están de acuerdo o no con que el mayor impedimento que puede tener cualquier persona para aspirar a un cargo público, incluso en la empresa privada, es la falta de principios éticos y la inconducta personal. El senador Monges ya opinó que no, que esto no es relevante, que lo importante es que al candidato objetado no se le haya podido probar nada hasta ahora. Pero, ¿opinan igual los demás colorados?

En este caso, deberían releer (si es que alguna vez lo leyeron) el estatuto de su partido, en los puntos donde establece que es obligación de los afiliados “Denotar honorabilidad y buena conducta” y “Constituirse en ejemplo de vivencia de los valores morales y de los de la democracia”. El senador Monges debería darle un repaso a este librito, si es que alguna vez lo leyó.

Siendo que González Daher –y no solamente él, sino allí también están los Víctor Bogado, José María Ibáñez o “Calé” Galaverna– incumple abiertamente estos deberes, el mismo Tribunal de Conducta de la ANR tuvo ya la oportunidad de aplicar su facultad de juzgar el comportamiento de sus afiliados “conforme a las pautas establecidas en el Código de Ética”, como reza el Art. 128 de la normativa citada. Pero eso no ocurrió, y, por lo que se ve, no va a ocurrir.

De modo, pues, que González Daher es candidato pese a todo –aun contra las normas de su partido y al rechazo generalizado– de la mano del movimiento creado y sostenido por Horacio Cartes. Está protegido por este contra viento y marea, contra todo buen consejo y, en estas condiciones, es casi seguro que seguirá integrando la lista oficial del Partido Colorado para las próximas elecciones nacionales.

Esta repudiable candidatura constituirá así una ocasión para verificar si la ética y la moral tienen en el partido de Gobierno más peso que las conveniencias políticas y el oportunismo. Se sabrá si los colorados y las coloradas deciden adoptar un vivificante aire de decencia o prefieren continuar chapoteando en el fango hediondo en el que los ha metido la gavilla que capturó el liderazgo de su partido.

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