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El aduanero Venancio González, que ejerce su función en Salto del Guairá, cometió la “imprudencia” de no adherirse al sector cartista, motivo por el cual de inmediato fue trasladado a otro puesto de aduanas, de esos que no son apetecidos por su baja “recaudación”. Esta clase de medidas, en ese ambiente de bandidos, significa, lisa y llanamente, un castigo severo equivalente a ser enviado al ostracismo, más o menos. Entiéndase que la gran fuente de riqueza para muchos políticos está en colocar en puestos aduaneros claves a sus recomendados, que se convierten así en la “gallina de los huevos de oro” para mantenerse y fortalecerse en el poder. O a la inversa, los bandidos recaudadores financian a los políticos para que posteriormente les den protección para seguir robando.
Enojado por su relegamiento, el aduanero González declaró haber estado aportando para la diputada colorada Cristina Villalba y para el gobernador de Canindeyú, Alfonso Noria Duarte, en una relación que denomina con el eufemismo de “acompañamiento como colorado”. Es perfectamente entendible lo que este “acompañamiento” significa.
Según su interesante relato, sus ayudas económicas a los mencionados personajes comenzaron hace mucho tiempo. A “Alfonsito” –como lo llama– Noria lo financió con 70 millones de guaraníes cuando se lanzó a la candidatura para la intendencia de Curuguaty (período 2006-2010). Cuenta, además, que conoció a Noria de jovencito, siendo este profesor de educación física, “andando a pie, sin zapatos, sin ropas”, y que con su espaldarazo lo lanzó a intendente, dentro del grupo de Nicanor Duarte Frutos. Actualmente, se calcula en unos 10 millones de dólares el patrimonio particular de “Alfonsito”. Un mago de las finanzas.
También prestó González su generosa mano a quien hoy es la cuestionada diputada colorada (cartista) Cristina Villalba, en la época en que esta se postuló para concejala departamental. “No tenía ni para su pasaje. Me acuerdo perfectamente que no tenía las condiciones para ser candidata a concejal departamental”, cuenta González de la hoy conocida como la poderosa “reina del norte”, o la “madrina” de ciertos personajes averiados de la zona. Es muy cercana a Vilmar “Neneco” Acosta Marques, hoy en la cárcel acusado de ordenar el asesinato de nuestro corresponsal en Curuguaty, Pablo Medina, y sospechado de dedicarse al narcotráfico.
De modo que, gracias a las confesiones de González, se comprueba una vez más algo que todos sabemos desde hace mucho tiempo, es decir, que aduaneros bandidos llegan rápidamente a multimillonarios mediante el simple mecanismo del robo sistemático de impuestos aduaneros, y la subsecuente repartija de los botines obtenidos entre políticos igualmente bandidos que los apadrinan.
Este insólito “sincericidio”, por otra parte, saca a luz el enorme raudal de dinero que se escamotea al fisco en los organismos de recaudación, todos los días de todos los años.
Estos delincuentes son los que permitieron al público acuñar el término de “maletines” para referirse a los bolsones en los que llevan el dinero robado al Fisco a entregar a sus mentores: senadores, diputados, ministros, jefes administrativos o influyentes políticos de todos los colores. Recuérdese el caso de Fredy Rubén Gauto, jefe de puesto del Departamento Técnico Aduanero de Vigilancia Especializada (Detave) en el Km 60, y de su secretario César Sosa, quienes en julio pasado fueron interceptados en la ruta y atacados a tiros. Los mismos iban acompañados del suboficial mayor de la Policía Julio César Gauto. Nunca admitieron que llevaran dinero, pero en ese caso, ¿por qué iban con escolta policial?
El 20 de abril de 2001, integrantes de una gavilla asaltaron al entonces administrador de Aduanas de Ciudad del Este, José Balbino Riquelme, y le despojaron de 870 millones de guaraníes.
Otro caso que cobró notoriedad es el del jefe del Detave en el este del país, Ramón Alegre, quien falleció a mediados del 2015 en un accidente de tránsito a la altura de Minga Guazú. Se encontró en su vehículo un maletín con más de 1.000 millones de guaraníes, cuyo origen nunca nadie se interesó en aclarar. Como se ve, los ladrones del Estado a veces son robados por otros ladrones... y nadie sabe nada. Mucho menos la Policía, por supuesto.
Debe llamar la atención de la ciudadanía honesta que muchos de estos nefastos personajes –como la propia “madrina” Cristina Villalba– tienen la firme intención de presentarse como candidatos o de buscar el “rekutu”, para continuar sosteniendo el mismo esquema corrupto.
Mientras el Partido Colorado acepte recibir financiación de contrabandistas, aduaneros coimeros y delincuentes de toda laya, será muy difícil la lucha contra la deshonestidad política. Queda la esperanza, sin embargo, de que los ciudadanos y las ciudadanas, especialmente los jóvenes, vayan anotando los nombres de los averiados que todos los días aparecen en las noticias, para pasarles la factura en las próximas elecciones.