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Como era de temer, entre los candidatos que competirán en las elecciones internas simultáneas del 17 de diciembre figuran varios personajes que, con su notoria insolvencia moral e intelectual, no han hecho más que enlodar la imagen de las Cámaras legislativas en lo que va de sus mandatos. Esos caraduras pretenden así seguir avergonzando a la ciudadanía desde el Congreso o desde el Parlasur, porque tienen buenas chances de salirse con la suya pues siguen vigentes las inalterables “listas sábana”, armadas por los capitostes partidarios con la participación financiera abundante de quienes acumularon dinero en el actual periodo legislativo, o están buscando comprar alguna banca con el dinero del narcotráfico, del contrabando, del lavado de dinero, o, por qué no, del que acumularon ocupando antes importantes cargos públicos y necesitan desesperadamente “fueros” protectores.
A manera de ejemplo, mencionemos que el senador liberal Fernando Silva Facetti, denunciado por la presunta comisión del delito de lesión de confianza cuando presidía el IPS, reveló haber aportado cien mil dólares a la campaña del Movimiento Equipo Joven (PLRA) del también cuestionado senador liberal Blas Llano, otro aspirante al “rekutu”. En la lista de precandidatos del mismo partido a la Cámara Alta figura también la senadora Zulma Gómez, célebre por haber proferido un irreproducible insulto contra un colega en plena sesión, y por haber aumentado en gran medida su patrimonio desde 2013, sin justificación. Se incluye igualmente al “parlasuriano” Alberto Aquino, imputado por haber intervenido en el desvío de 68.000 millones de guaraníes del Ministerio de Agricultura y Ganadería durante la gestión del actual senador Enzo Cardozo, también procesado por el mismo hecho y segundo candidato del “llanismo” para el Parlasur. Para el organismo regional también se encuentra el diputado Milciades Duré, imputado por el delito de lesión de confianza en el caso de la sospechosa compra por el Indert de tierras a la empresa San Agustín, del senador Jorge Oviedo Matto, justo en vísperas de los comicios de 2013.
Como precandidato llanista a diputado aparece Julio Acevedo, condenado por no haber impedido un delito siendo director de la cárcel de Tacumbú y aspirante a representar al departamento de Alto Paraguay, resultando así que tampoco se puede confiar mucho en que los nuevos legisladores sean mejores que los actuales.
El “efrainismo” liberal también nos ofrece más de lo mismo, como el intocable diputado-rector del Ñeembucú Víctor Ríos; el diputado Dionisio Amarilla, enriquecido exadministrador de la Universidad Nacional de Asunción, que apunta al Senado, y el también diputado Salustiano Salinas, que alguna vez se ufanó de “tener” 45 funcionarios en la Justicia Electoral y a los que luego se sumaron los enchufados en el Hospital Nacional de Itauguá. También figura como candidato a senador Enrique Salyn Buzarquis, imputado por el delito de lesión de confianza que habría cometido durante su gestión como ministro de Obras Públicas.
En el gobernante Partido Colorado abundan los impresentables, a los que se sumarían otros más de similar calaña. Así, pugnarán por el “rekutu” los diputados Carlos Núñez Salinas, autor confeso de los delitos de contrabando y producción de documentos de contenido falso; José María Ibáñez, acusado del hecho punible de lesión de confianza; Óscar Núñez, acusado de haberse quedado con 30.000 millones de guaraníes de la Gobernación de Presidente Hayes; Perla de Vázquez (“ndéko puta cheichagua”, le dijo a una colega en plena sesión), supuesta experta en tráfico de influencias; Freddy D’Ecclesiis y Bernardo Villalba, vinculados con el narcotráfico por una comisión del Senado, y, por supuesto, Cristina Villalba, la poderosa “madrina” de Curuguaty. Todo indica que el famoso senador Víctor Bogado dejará de ensuciar la Cámara Alta para buscar hacer de nuevo lo mismo con la Baja, escondido como “suplente” de Hugo “Musculín” Ramírez, quien aspira a ser intendente de Asunción. En tanto, su colega Nelson Aguinagalde, imputado, entre otras cosas, por haber desviado tres mil millones de guaraníes como gobernador del Alto Paraná, querría representar en adelante a ese departamento. El veleidoso senador Julio César Velázquez, el mismo que usurpó la presidencia del Senado para facilitar la enmienda inconstitucional, intentará permanecer allí, liderando su propia lista. Lo mismo hará seguramente el senador Juan Carlos Galaverna, quien a estas alturas ya no necesita presentación alguna.
Tampoco la necesita el senador Jorge Oviedo Matto (Unace), ligado a la empresa San Agustín y autor de una inolvidable exhortación a los precandidatos de su partido a la Junta Municipal de la capital, indicándoles el camino para forrarse con el dinero público.
No debe excluirse que el diputado Aldo Vera (Avanza País), a quien el Ministerio Público imputa haber perjudicado a la Secretaría de Emergencia Nacional en más de 88 millones de guaraníes, tenga ganas de seguir disfrutando de la compañía de sus actuales colegas. Naturalmente, el senador Fernando Lugo, copartícipe de la descabellada aventura reeleccionista –que produjo la rápida readmisión de dos de sus sobrinos en la Entidad Binacional Yacyretá– deseará sin duda mantenerse en la Cámara que preside irregularmente, para perseverar en el ejercicio de la hipocresía y del populismo.
Aunque falten muchos nombres en esta deplorable galería, en la que los prontuarios le ganan lejos a los curriculum vitae, los mencionados bastan para inferir que, gracias a las “listas sábana”, a las que por las citadas comprensibles razones los legisladores no quieren renunciar, el país seguirá soportando la infamia de que la gran mayoría de sus parlamentarios se destaque por sus vicios y su inescrupulosidad antes que por sus virtudes.
A la vista de este deprimente panorama político de cara a las próximas elecciones, es necesario, pues, que los ciudadanos y las ciudadanas sigan oponiéndose públicamente a las aberrantes “listas sábana”, paraguas protector para que algunos delincuentes y malechores, a través de ellas, obtengan “fueros” para continuar robando.