Que Nicanor se deje de joder

El Senado tratará mañana el pedido del Poder Ejecutivo para la confirmación del expresidente de la República Nicanor Duarte Frutos como director general paraguayo de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY). Se trata de una de las figuras gastadas que han ocasionado muchos quebrantos a los ciudadanos y las ciudadanas que quieren vivir y trabajar en paz, que han sido rescatadas por el Gobierno del presidente Mario Abdo Benítez a los efectos de ubicarlo en uno de los lugares más apetecidos, y no precisamente por sus méritos para el cargo, ya que no se le conoce ninguno, sino para que “deje de joder”, como se dice, con su inconstitucional aspiración de jurar como senador activo. Contra este ambicioso personaje han surgido denuncias de enriquecimiento ilícito, de ser artífice del entreguista Acuerdo que firmó en 2006 con su homólogo argentino Néstor Kirchner sobre Yacyretá, y de ser afín, durante su época de embajador en Buenos Aires, a intereses argentinos en un conflicto entre navieros paraguayos y de ese país. La presencia de Duarte Frutos en el principal cargo de la EBY no ofrece ninguna garantía para los intereses nacionales, por lo que los senadores que sientan un compromiso con la Patria deben negarle el acuerdo para el cargo.

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El Senado tratará mañana el pedido del Poder Ejecutivo para la confirmación del expresidente de la República Nicanor Duarte Frutos como director general paraguayo de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY). Se trata de una de las figuras gastadas que han ocasionado muchos quebrantos a los ciudadanos y las ciudadanas que quieren vivir y trabajar en paz, que han sido rescatadas por el Gobierno del presidente Mario Abdo Benítez, a los efectos de ubicarlo en uno de los lugares más apetecidos, y no precisamente por sus méritos para el cargo, ya que no se le conoce ninguno, sino para que “deje de joder”, como se dice, con su inconstitucional aspiración de jurar como senador activo.

Contra este ambicioso personaje han surgido denuncias de enriquecimiento ilícito durante su gestión como gobernante, ya que de ser un modesto periodista de quien se dice que prestaba dinero para su nafta, se convirtió en un potentado tras su paso por la función pública, pudiendo citarse, para comenzar, su faraónica residencia en el barrio Herrera, cuya superficie equivale a una decena de propiedades. Un informe de la Contraloría General de la República de 2006 ponía en duda que Duarte Frutos pudiera justificar los bienes con que ya contaba en ese tiempo.

En el aspecto político, dedicó mucho tiempo a subvertir el orden constitucional, primero al pretender ser al mismo tiempo presidente de la República y del Partido Colorado, luego, para ser candidato a senador activo en vez de vitalicio, como le exige la Constitución, y más recientemente –esta vez junto a Horacio Cartes y con el aval de una Corte Suprema de Justicia genuflexa– al intentar de nuevo jurar como tal, pero fue impedido, como en la primera ocasión, por no encontrar el ambiente propicio en el Senado para el juramento de rigor. Duarte Frutos se calmó cuando le dieron el codiciado zoquete en Yacyretá.

En lo que atañe directamente al cargo en el que pretende permanecer, no se puede olvidar que fue el principal artífice, siendo presidente de la República, del entreguista Acuerdo que firmó en 2006 con su entonces homólogo argentino Néstor Kirchner, que oficializó la entrega por otros 40 años de nuestra soberanía energética en la EBY. Se trató de aquel nefasto Preacuerdo Técnico, supuestamente destinado a “sanear” las finanzas del “monumento a la corrupción” –al decir del expresidente argentino Carlos Menem– pero que en el fondo buscaba legitimar la sistemática violación por la Argentina del Tratado de Yacyretá, perpetrada con base en una de las fatídicas notas reversales del 9 de enero de 1992, firmadas por el presidente Andrés Rodríguez y su par argentino Raúl Alfonsín, rechazada por el Senado paraguayo en su oportunidad pero aplicada con todo descaro por los argentinos.

Ese acuerdo Duarte Frutos-Kirchner, pergeñado por el entonces director ejecutivo paraguayo de la EBY, ingeniero Ángel María Recalde –quien de nuevo fungió como alcahuete para la concertación del Acuerdo Horacio Cartes/Mauricio Macri–, traía consigo el presente griego de la “Novación”, por la cual ¡el Paraguay cedía a la Argentina el 40 por ciento de la electricidad producida en la usina por el lapso de 30 años!

Resumiendo, Duarte Frutos como presidente de la República en ese momento, José Alberto Alderete –hoy con el “zoquetazo” de Itaipú– como ministro de Obras Públicas y Comunicaciones, y Recalde como director ejecutivo paraguayo de la EBY, fueron los precursores de la vil reconfirmación de la entrega de nuestra soberanía energética –incluido el negociado de la nueva central en el vertedero del brazo Aña Cua–, finalmente rematada por el presidente Horacio Cartes a requerimiento de su par argentino Mauricio Macri.

La gran ironía es que el expresidente Duarte Frutos, durante su gestión como embajador en Buenos Aires, en vez de enmendar su antipatriótica actitud como primer mandatario, continuó favoreciendo los intereses argentinos en detrimento de los paraguayos. Veamos a este respecto las declaraciones formuladas a la R800 AM por Guillermo Ehrecke, directivo del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos, de que Duarte Frutos “aparentemente tenía simpatías del otro lado”, aludiendo a los conflictos de navegación que tuvieron los navieros paraguayos con sus pares argentinos durante la gestión diplomática del expresidente. Agregó que este “tenía una relación particular con los argentinos” y que incluso tenía una muy estrecha con Julio de Vido, exministro de Planificación Federal durante el Gobierno del matrimonio Kirchner.

Y bien, el citado De Vido y otros empresarios que tuvieron estrecha relación con Duarte Frutos, Alderete y Recalde en negociaciones sobre Yacyretá y Aña Cua, están hoy procesados en el vecino país por millonarias coimas que pagaron a los Kirchner para beneficiarse con las obras públicas. Cuesta creer que las citadas autoridades paraguayas hayan estado ajenas a tan sucias maniobras.

Como puede verse, entonces, la presencia de Duarte Frutos en el principal cargo de la EBY no ofrece ninguna garantía para los intereses nacionales, por lo que los senadores de todos los partidos que sientan un compromiso con la Patria y no con intereses crematísticos o meramente políticos, deben negarle el acuerdo a este astuto personaje, formulando votos de que se tranquilice, vaya a su casa y deje de ocasionar más quebrantos a los paraguayos y a las paraguayas.

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