Sin la parafernalia habitual que ha caracterizado hasta ahora a las inauguraciones de obras y servicios públicos bajo el Gobierno del presidente Horacio Cartes, y sin la presencia de este, el 24 de julio las autoridades de la ANDE habilitaron la línea de transmisión eléctrica de 500 kV, construida al costo total de US$ 140 millones, desde Ayolas hasta la subestación terminal de Villa Hayes, con capacidad nominal para conducir 1.732 MVA, o sea, suficiente para retirar de la central hidroeléctrica la totalidad de la potencia que pertenece a nuestro país (unos 1.350 MVA).
El evento suscitó espontáneo regocijo público, pues la gente creyó en lo que el Primer Mandatario posteó en su cuenta de Twitter, es decir que la energización de la línea iba a permitir, desde ya, una inyección de potencia eléctrica adicional para el área metropolitana, que la necesita. Sin embargo, grande fue la frustración de la ciudadanía al confirmarse que tan estratégico beneficio era, por el momento, solo una expresión de deseos del Presidente de la República, pues, operacionalmente, la línea energizada llega solo hasta la subestación de Ayolas, situada a 22 kilómetros del portal de la central hidroeléctrica de Yacyretá. Esto implica que la posibilidad técnica de retirar eventualmente la totalidad de la electricidad que le corresponde a nuestro país en la usina binacional es, por de pronto, una gran mentira, como otras tantas proferidas por este gobernante durante su gestión.
Hasta que la ANDE logre que los argentinos se avengan a energizar los 22 kilómetros de línea faltantes, la gran inversión de la que se ufana el Gobierno y que los contribuyentes paraguayos deben empezar a pagar no servirá en absoluto para la finalidad propuesta. ¿Hasta cuándo? Interrogante en suspenso. El ingeniero Víctor Alí, jefe de la unidad de administración de proyectos de la ANDE, dijo que eso se hará “en una etapa posterior”, sin atinar a precisar cuándo. “Los trabajos dentro de la EBY, de adecuación de línea, no nos corresponden a nosotros”, dijo, desligándose del problema. Pese a la insistencia de este diario en obtener la versión de los máximos responsables de este inopinado entuerto, el presidente de la ANDE, Víctor Romero, y el director de la EBY, Ángel María Recalde, optaron por no responder a nuestra consulta.
Algunos entendidos en la materia sí aceptaron opinar sobre el insólito caso. En nota remitida a ABC Color, el ingeniero Ricardo Canese advirtió que “Cartes hizo la peor entrega en Yacyretá al no exigir que se conecte la línea de 500 kV”. Por su parte, el ingeniero Hugo Lesme, especialista en temas energéticos, manifestó que la Argentina no tiene ningún interés en que la flamante línea se conecte a Yacyretá. “Es responsabilidad de los administradores de turno de ANDE y Yacyretá hacerlo. Los argentinos siempre pondrán trabas”, señaló. Sobre el tema, el ingeniero Pedro Ferreira, futuro presidente de la ANDE, prometió que, tras asumir el cargo, insistirá en que la EBY proceda a la adecuación cuanto antes.
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Por otra parte, no deja de ser una ironía que, ya en abril de 2017, el viceministro de Minas y Energía, Mauricio Bejarano, consultara por nota al presidente de la ANDE sobre la posibilidad de retirar toda la electricidad que le correspondía al Paraguay en la EBY. A tal efecto, le solicitó información sobre las condiciones de la interconexión. A criterio del ingeniero José Encina –otro especialista del ramo eléctrico–, esta imprevisión clave es una muestra de la falta de gestión de las autoridades de la ANDE.
Es llamativo que el desempeño del ingeniero Víctor Romero al frente de la entidad se haya caracterizado por una gradual reducción de la cantidad de electricidad retirada por la institución de la central de Yacyretá, y, concomitantemente, por la reducción de la venta a precio de mercado a la Argentina de la electricidad generada en la usina de Acaray, hasta el punto de que actualmente no se le vende un solo kilowatt proveniente de dicha central. En más de una ocasión, el mismo ha pretextado que a la ANDE le conviene más comprar electricidad de Itaipú que de Yacyretá, porque, supuestamente, es más barata.
Obviamente, esta curiosa circunstancia ha despertado suspicacias en la opinión pública paraguaya en cuanto a un posible entendimiento bajo la mesa entre el ingeniero Víctor Romero y la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico SA (Cammesa), del vecino país. Esta empresa comercializa la electricidad de Yacyretá que recibe a través de Ebisa –la compañía mixta argentina en la que el Estado tiene participación– para facilitarle el retiro de la máxima cantidad posible de electricidad de Yacyretá, aunque más no sea para lucrar adicionalmente con ella vendiéndola a empresas eléctricas mayoristas de Brasil a través de la central convertidora de frecuencia de Garabí. Conociendo la escasa vocación demostrada por los altos funcionarios paraguayos de las binacionales en la defensa de nuestros intereses, es lógico suponer que, de ser cierta esta connivencia empresarial mercantilista, el ingeniero Romero ha de contar con la autorización del Presidente de la República para actuar como lo hace.
Bien se sabe, además, que cuestionables pero jugosos negocios se están gestionando entre los Gobiernos de ambos países. Uno de ellos es la construcción, como si fuera binacional, de una central hidroeléctrica en el brazo Aña Cua, del río Paraná, pese a que su lugar de emplazamiento se encuentra enteramente en territorio paraguayo. Se agrega así aún más condimento para sospechar de nuevos deplorables entuertos que arrojarán pingües ganancias a las autoridades involucradas en los dos países.
Lamentablemente, la confianza ciudadana en que el nuevo Gobierno de Mario Abdo Benítez ponga en orden las cosas en la EBY se ha venido abajo con la designación como director paraguayo de la misma del expresidente Nicanor Duarte Frutos. Este, durante su gestión gubernamental, primero, y como embajador en Argentina después, siempre tuvo inusitado interés en el proyecto Aña Cua, no precisamente en términos de beneficios para nuestro país, según los parámetros conocidos en su oportunidad, sino, por alguna oculta razón, para nuestro taimado socio.
Mario Abdo Benítez formará parte de los presidentes antipatriotas y entreguistas que claudicaron ante nuestros socios en las entidades binacionales si es que no aclara debidamente lo ocurrido con este chasco de la línea de transmisión desde Ayolas a Villa Hayes, para promover el castigo a los responsables.