Sensata decisión del Gobierno paraguayo

A propuesta del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, los presidentes del Mercosur, menos el de Paraguay, condenaron el uso desproporcionado de la fuerza por parte del ejército israelí en la Franja de Gaza. Que precisamente Maduro –responsable de la muerte de decenas de venezolanos inermes– hable del “uso desproporcionado de la fuerza” es una muestra de inigualable humor negro. Llama la atención que los mandatarios firmantes de la declaración hayan utilizado el escenario del Mercosur para condenar, entre líneas, a una de las partes involucradas en el largo conflicto que azota al Cercano Oriente. En una Cumbre del Mercosur solo deben tratarse cuestiones relativas a la integración regional. Aplaudimos, pues, que el presidente Horacio Cartes se haya negado a firmar la nada imparcial resolución, impulsada por un contumaz violador de los derechos humanos. Por el contrario, en un comunicado, nuestra Cancillería insta al diálogo y la negociación como única vía para llegar a la paz definitiva.

Cargando...

Los presidentes Cristina Kirchner, Dilma Rousseff, José Mujica y Nicolás Maduro condenaron “de manera enérgica” el uso desproporcionado de la fuerza por parte del ejército israelí en la Franja de Gaza, que afecta mayormente a civiles, incluidos niños y mujeres. “Condenaron” igualmente cualquier tipo de acciones violentas contra poblaciones civiles en Israel. Es lo que dice la primera parte del comunicado especial sobre la situación en Gaza, emitido durante la última Cumbre del Mercosur.

Como se ve, la condena no es muy equilibrada, ya que en el primer caso es “enérgica” y en el segundo no lo es. También se nota que la reprobación de la violencia contra Israel se limita a la que afecte a las poblaciones civiles, de modo que implícitamente se admite que pueda dirigirse contra objetivos militares. En cuanto al “uso desproporcionado de la fuerza”: ante los cohetes lanzados por la organización terrorista Hamás, que instala sus arsenales en escuelas, utilizando a los niños como escudos, los firmantes de la declaración parecen sugerir que Israel se limite a identificar a los terroristas –civiles que operan desde áreas urbanas– y reclame su extradición.

Que precisamente Nicolás Maduro –responsable de la muerte de decenas de venezolanos inermes– hable del “uso desproporcionado de la fuerza” es una muestra de inigualable humor negro. No debe sorprender que él haya sido el proponente de la declaración, dados los estrechos lazos que el chavismo ha forjado con la teocracia iraní, que financia a la organización terrorista Hamás y propugna abiertamente la desaparición de Israel.

Se entiende también que la Presidente argentina haya apoyado la iniciativa del anfitrión, dado que el kirchnerismo ha venido haciendo buenas migas con el régimen iraní, paradójicamente sospechado de organizar el atentado contra el edificio de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires, que hace veinte años mató a 85 personas e hirió a 300, “incluidos niños y mujeres”, luego de que el Gobierno argentino de entonces suspendiera un acuerdo de transferencia de tecnología nuclear a Irán. En los últimos cinco años, este país ha estado cooperando con Bolivia, entre otras cosas en telecomunicaciones y agroganadería, y hace poco reiteró que le asesorará en el uso de la energía atómica.

Es decir, la izquierda sudamericana cree conveniente aliarse estratégicamente con uno de los regímenes más oscurantistas del mundo, que seguramente recibirá con mucho beneplácito el mensaje recién transmitido desde Caracas. Solo en este contexto puede entenderse la parcialista y, por lo demás, impertinente declaración. En efecto, llama la atención que sus firmantes hayan utilizado el escenario del Mercosur para condenar, entre líneas, a una de las partes involucradas en el largo conflicto que azota al Cercano Oriente, en momentos en que los propios países árabes están lejos de solidarizarse con Hamás, hasta el punto de que, de hecho, Egipto, Jordania, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos se han “aliado” con Israel en su lucha contra la organización terrorista.

En una Cumbre del Mercosur solo deben tratarse cuestiones relativas a la integración regional. Es inaceptable convertirlo en un foro desde donde se lancen declaraciones que, antes que contribuir a la paz en el mundo, solo sirven para reforzar la impresión de que Irán y cualquier otro régimen “antiimperialista” serían, según los bolivarianos, un aliado natural de los países de la región. Aplaudimos, pues, que el presidente Horacio Cartes se haya negado a firmar la nada imparcial declaración, impulsada por un contumaz violador de los derechos humanos. Así como en su momento repudiamos que el actual Gobierno nacional haya aceptado finalmente la incorporación de Venezuela en el Mercosur en contra de lo dispuesto por el Tratado de Asunción, hoy apoyamos con la misma fuerza la firme postura sentada en Caracas. El Paraguay debe tener posiciones propias y no convertirse en un simple furgón de cola de sus socios. La asumida en este caso es la correcta y no implica, en absoluto, propugnar el empleo de la violencia en ningún lugar del planeta. Por el contrario, en un reciente comunicado, nuestra Cancillería hace “un enérgico llamado para el cese inmediato de las agresiones y hostilidades” entre Israel y “grupos armados palestinos en la Franja de Gaza”, lamenta la pérdida de vidas inocentes en ambas partes, insta al diálogo y la negociación como única vía para llegar a la paz definitiva y, en tal sentido, respalda los esfuerzos del secretario general de las Naciones Unidas y de Egipto. Aquí no hay condenas desequilibradas ni aceptación implícita del empleo de la violencia contra blancos militares por parte de unos fanáticos a los que, antes que de “grupos armados”, habría que calificar de terroristas, tal como lo han hecho la Unión Europea, Estados Unidos, Japón, Canadá, Australia y, naturalmente, Israel.

La atinada declaración de la Cancillería impide que la negativa a acompañar la tramposa moción del impresentable Maduro pueda ser interpretada como una actitud de indiferencia ante la dramática situación reinante en el Cercano Oriente y no solo, por cierto, en la Franja de Gaza. Al mismo tiempo, ella pone de manifiesto que el Gobierno paraguayo no se pliega a cualquier ocurrencia de sus socios en cuestiones no atinentes al bloque.

Confiamos en que, en el futuro, siga teniendo opiniones propias sobre todo asunto que se discuta en cualquier ámbito, por una elemental cuestión de dignidad. En cuanto a los palestinos de la Franja de Gaza, solo cabe desear que se liberen de las garras de unos asesinos que se esconden detrás de criaturas: los terroristas, en cualquier parte del mundo, no viven ni dejan vivir en paz.

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...